Cúcuta Deportivo se está encargando de romper con todas las tendencias de los equipos recién ascendidos en la Liga Águila. En la última década, son muy pocos los equipos que llegaron de la ‘B’ dar la talla en uno de la ‘A’.
El formato de ascenso en Colombia ha sido muy criticado en los últimos años. Si bien han ocurrido casos donde suben para sostenerse en primera categoría, otros proyectos han sido un total fracaso. Sin embargo, los equipos que logran cuidar la categoría no figuran en los primeros lugares de la Liga Águila.
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Esa tendencia se quebró con el Cúcuta Deportivo y su campaña en 2019. Luego de arrasar en el Torneo Águila 2018, llegó a primera con un nivel sorprendente. En cuatro fechas, ya lograron tres victorias, un empate y son líderes del rentado nacional. ¿Qué es lo que hacen para tener este inicio de temporada tan llamativo?
Experiencia y juventud:
Sebastián Méndez, DT del equipo Motilón, ha encontrado un balance perfecto entre los jugadores con recorrido y los que apenas comienzan su carrera como profesionales. Esa mezcla tiene una gran respuesta en el terreno de juego: mucha inteligencia y sacrificio en todas las líneas.
Efectividad:
Uno de los mayores problemas en el fútbol colombiano radica en la puntería de los delanteros. El balance que hay entre las ocasiones creadas y las que se concretan es abismal. Ahí es donde Cúcuta ha dado en el clavo: las opciones que generan terminan al fondo del arco. Cuatro partidos y ocho goles a favor.
Por otra parte, cabe mencionar la mentalidad y los objetivos que tiene el equipo fronterizo. La mayoría de equipos que ascienden tienen como meta primordial escapar de la zona roja del descenso. No hay un proyecto que, de forma inmediata, busque un participación estelar en la primera categoría. El técnico argentino ha impregnado una idea de juego en Cúcuta para ser un equipo estelar en Colombia.