Menos de un mes después de ser absuelto por la justicia en la causa que enfrentaba por abuso contra su expareja, Sebastián Villa volvió a ser protagonista dentro de una cancha. El futbolista colombiano que había mantenido continuidad deportiva en medio de la incertidumbre legal y mediática, alcanzó con Independiente Rivadavia de Mendoza el título más significativo de su carrera reciente: la Copa Argentina 2025, el primer campeonato oficial del club en el fútbol grande del país.
Esta coronación no solo representó un logro deportivo para Villa, sino también un capítulo de reivindicación personal y profesional. El colombiano fue parte activa del torneo, asumió responsabilidad en la final ante Argentinos Juniors y convirtió el penal definitivo en la serie que llevó a la Lepra mendocina a un título histórico, con un tanto frente a Sergio “Chiquito” Romero que selló la consagración.
La llegada de Sebastián Villa a Independiente Rivadavia
El vínculo de Villa con Independiente Rivadavia comenzó a mitad de 2024, cuando el club mendocino apostó por él tras su paso por el fútbol búlgaro, adonde había llegado luego de su salida de Boca Juniors. El fichaje generó atención por tratarse de un jugador con amplia experiencia internacional, títulos en Argentina y competitivo en el uno contra uno, un perfil que no es habitual en equipos de la provincia cuyana.
Independiente Rivadavia atravesaba un proceso de crecimiento deportivo acelerado desde su ascenso a Primera División. Villa se integró como uno de los nombres de mayor recorrido en el plantel, junto con futbolistas que buscaban consolidar al club en la élite. Su adaptación fue inmediata: aportó velocidad, desborde y gol en un equipo que necesitaba desequilibrio en los metros finales.
A lo largo de su ciclo, Villa sumó más de 65 partidos y anotó 10 goles, pero su aporte fue mucho más profundo que la estadística. Se convirtió en un jugador decisivo en fases ofensivas, generador de juego y una de las piezas tácticas clave para competir en múltiples frentes.
La Copa Argentina 2025: un camino histórico para Sebastián Villa e Independiente Rivadavia
La Copa Argentina ha sido el escenario de grandes historias para equipos que buscan dejar una huella. Para Independiente Rivadavia, la edición 2025 significó la oportunidad de trascender por primera vez fuera del ascenso y escribir su nombre junto al de los campeones nacionales.
El recorrido del equipo mendocino incluyó victorias ante rivales de Primera División (River Plate, por ejemplo) y actuaciones que mostraron personalidad en partidos de alta presión. La final ante Argentinos Juniors fue un duelo intenso, estratégico y sin concesiones. Ninguno de los dos pudo imponerse en los 90 minutos, por lo que la definición llegó desde el punto penal.
En ese momento, la figura de Sebastián Villa tomó protagonismo. Fue designado para ejecutar el último penal de la serie, el que podía asegurar el título. La responsabilidad era máxima: la historia del club dependía de su golpe final. Villa mantuvo la calma, tomó carrera corta y remató cruzado, venciendo la estirada de Chiquito Romero, uno de los porteros más experimentados del continente.
El estadio explotó. Independiente Rivadavia levantaba su primer título oficial en Primera División. Y Villa firmaba uno de los momentos más trascendentes de su carrera.
El título más especial para Sebastián Villa
A lo largo de su trayectoria, Sebastián Villa ha conquistado 10 títulos oficiales, lo que lo ubica como uno de los futbolistas colombianos de mayor palmarés reciente. Con Deportes Tolima ganó una Liga y una Copa; con Boca Juniors celebró siete títulos, entre ellos ligas y copas nacionales; y ahora agrega su primer título con Independiente Rivadavia.
Sin embargo, este campeonato tiene un peso distinto. Representa el triunfo en un contexto donde su continuidad en el fútbol estuvo en duda, donde su imagen pública había sido golpeada y donde su capacidad para sostener su carrera en el alto nivel estaba siendo observada con atención.
La coronación con la Lepra mendocina significa para Villa un escenario de recomposición y reivindicación deportiva, un momento que lo devuelve al foco futbolístico y lo posiciona como una figura clave en la historia reciente del club.
El impacto en Independiente Rivadavia
Para el club, la victoria en la Copa Argentina es un hito absoluto. Independiente Rivadavia nunca había ganado un título oficial en Primera División y, aunque había logrado ascensos y campañas memorables en el fútbol de ascenso, no había podido celebrar un trofeo de esta magnitud.
Este logro consolida el proyecto deportivo que busca instalar a la Lepra no solo en la élite, sino como un equipo competitivo en competiciones nacionales y regionales. La combinación entre jugadores experimentados, juveniles en crecimiento y una idea de juego clara se reflejó a lo largo del torneo.
La figura de Villa dentro de este ciclo queda como símbolo: un futbolista de recorrido, que asumió riesgos al unirse a un club en consolidación y que respondió en el momento más determinante.
Un capítulo que transforma una carrera
El gol del penal decisivo, la copa levantada y la celebración con la hinchada mendocina cierran una etapa y abren otra. Sebastián Villa, a sus 28 años, añade a su currículum un título diferente: uno que combina valor deportivo y significado personal, un campeonato que quedará en su memoria por lo que representó dentro y fuera de la cancha.
Independiente Rivadavia encontró en él una pieza competitiva y él encontró en Mendoza un escenario para reconstruirse. En el fútbol, algunas coronaciones pesan más que otras. Esta, sin duda, es una de ellas.







