Hay partidos que trascienden el resultado. El duelo entre América de Cali y Huracán en Buenos Aires, correspondiente a la tercera jornada de la fase de grupos de la Conmebol Sudamericana, fue uno de ellos. Más allá del empate sin goles en el estadio Tomás Adolfo Ducó, lo que quedará grabado es el fervor de una hinchada que viajó miles de kilómetros para decir presente.
Cerca de tres mil aficionados escarlatas se tomaron una de las tribunas del histórico escenario de Parque Patricios, dejando claro que el sentimiento por América no conoce fronteras. Desde banderazos en la concentración hasta caravanas por las calles de Buenos Aires, la pasión del pueblo rojo se hizo sentir como pocas veces se ha visto en torneos internacionales.
El apoyo a América de Cali que cruzó fronteras
Desde el arribo del equipo a Argentina, los hinchas de América de Cali se encargaron de hacer sentir su presencia. El banderazo en el hotel de concentración fue apenas un adelanto de lo que ocurriría en el estadio. Durante el partido, sus cánticos se impusieron en varios pasajes del juego y generaron una atmósfera única que impresionó incluso a los locales.
Fue una tribuna vestida de rojo, que empujó al equipo con fuerza y entrega. La numerosa presencia de hinchas escarlatas en el Ducó sorprendió a muchos, pero no a quienes conocen el arraigo popular del América de Cali. En cada desplazamiento internacional, la institución cuenta con el respaldo de su gente, y en Argentina volvió a ser así.
El mensaje de Rafael Carrascal sobre la hinchada de América de Cali
El compromiso de la afición no pasó desapercibido para el plantel. Tras el partido, Rafael Carrascal lo expresó con claridad: “Lo de la hinchada no se me hace raro. América de Cali en cualquier parte del mundo te llena, es una hinchada fiel a su equipo, que siempre está. Hoy nos motivaron, nos dieron aliento y fuerza desde allá para luchar hasta el último minuto”.
Esa conexión entre hinchada y equipo fue evidente durante los 90 minutos. En un encuentro cerrado, de mucha lucha y pocas opciones claras, la energía desde las tribunas sirvió como impulso para sostener el empate y mantener el invicto en el certamen continental.
Apoyo desde la clínica: Duván Vergara también estuvo pendiente
Otro detalle emotivo de la noche fue el mensaje de Duván Vergara. El atacante, una de las figuras del equipo, no pudo viajar a Argentina por una infección que lo mantuvo hospitalizado. Sin embargo, desde la clínica, también quiso sumarse al aliento: “Estoy muy triste de no poder jugar hoy, pero desde aquí acompañándolos y enviándoles la mejor energía y confiando que se va a sacar el mejor resultado. Vamos América de Cali”.
Sus palabras circularon en redes sociales y llegaron al vestuario, reforzando el sentimiento de unidad que vive el club en este momento. La ausencia de Duván fue importante, pero el respaldo colectivo, desde la cancha y desde fuera de ella, compensó en parte su baja.
Resultado valioso pensando en la clasificación de América de Cali
En lo futbolístico, el empate 0-0 ante Huracán deja a América de Cali con 5 puntos en tres partidos, invicto y con una posición favorable en el Grupo E de la Conmebol Sudamericana. La gran ventaja para lo que viene es que ahora disputará dos de los tres partidos restantes en condición de local: recibirá a Huracán y Racing de Montevideo en el Pascual Guerrero, y cerrará la fase de grupos como visitante ante Corinthians.
El técnico Jorge Da Silva valoró lo obtenido: “No nos vamos felices porque queríamos ganarlo, pero el empate es valioso. Sumamos un punto importante”. El enfoque está puesto ahora en seguir construyendo desde lo colectivo, con una defensa sólida, una hinchada comprometida y una idea de juego que, paso a paso, va encontrando identidad.
La Sudamericana se juega en la cancha… y en la tribuna
Lo vivido en Buenos Aires fue otra muestra de lo que representa América de Cali como institución. La Sudamericana no solo la compiten los jugadores. También la juega su gente, esa que se entrega sin condiciones, que cruza fronteras y convierte cada estadio en un pedazo de casa.
Esta vez fue en el Ducó, con cánticos que se escucharon fuerte, con banderas que flamearon sin cesar y con una comunión que fortalece al grupo. América de Cali sigue en camino, con una ilusión que crece partido a partido, empujada por miles que nunca fallan.