Miguel Russo y su gloria inmortal en Millonarios: la estrella 15 y “todo se cura con amor”

El legado imborrable de un campeón que marcó una época en el fútbol colombiano

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La imagen que el club albiazul le dedicó a Russo | FOTO: MILLONARIOS FC

El fútbol despide con tristeza a Miguel Ángel Russo, uno de los entrenadores más queridos y respetados en la historia reciente del balompié nacional. Su fallecimiento deja un vacío inmenso, pero también una huella imborrable, especialmente en Bogotá, donde su nombre quedó grabado para siempre en la historia de Millonarios Fútbol Club.

Russo llegó al banquillo azul en 2017 y, en apenas un año y medio, cambió el destino de una institución que llevaba largos años de frustración. Con su serenidad, liderazgo y una filosofía de trabajo basada en la disciplina y el respeto, condujo al equipo a recuperar la gloria perdida, sumando títulos, identidad y, sobre todo, un profundo vínculo con la hinchada.

Los números de Millonarios con Miguel Russo como DT

En su paso por el club, Miguel Ángel Russo dirigió 111 partidos oficiales entre 2017 y 2018. Bajo su conducción, el equipo ganó 45, empató 39 y perdió 29, alcanzando un rendimiento del 52,6%. En ese tiempo, el Millonarios de Russo anotó 134 goles y recibió 90, números que reflejan su equilibrio táctico y su capacidad para formar un conjunto competitivo en todas las líneas.

Millonarios clasificó a las finales del fútbol colombiano en dos oportunidades durante 2017. En el primer semestre, en su debut como entrenador del equipo, alcanzó las semifinales del torneo, cayendo ante Atlético Nacional. Pero sería en el segundo semestre donde escribiría su capítulo dorado: Russo llevó a Millonarios a conquistar su estrella 15, coronándose campeón frente a su rival de patio, Independiente Santa Fe, en una de las finales más memorables en la historia del fútbol bogotano.

La estrella 15 y la consagración de Russo en el cuadro albiazul

Aquel título no fue solo una vuelta olímpica. Fue una reivindicación de un proceso, una prueba de carácter y la demostración de que el trabajo silencioso y constante podía volver a poner al equipo en lo más alto. Russo supo conectar con sus jugadores y devolverles la confianza, mientras la hinchada recuperaba la fe en su equipo.

El equipo que formó fue sólido, equilibrado y competitivo. Jugadores como Andrés Cadavid, David Macalister Silva, Nicolás Vikonis y Ayron del Valle fueron protagonistas de un proyecto que mezcló experiencia y juventud. En la final de diciembre de 2017, Millonarios se impuso 3-2 en el marcador global ante Santa Fe, desatando una fiesta inolvidable en la hinchada albiazul y sellando el nombre de Russo como un ídolo eterno.

La Superliga que ganó Millonarios y su lucha personal

El inicio de 2018 también trajo otra alegría: la conquista de la Superliga frente a Atlético Nacional. Aunque Russo no pudo estar en el banco por encontrarse en Argentina realizando un tratamiento médico, su asistente Hugo Gottardi dirigió el equipo en esos partidos. Sin embargo, el título fue suyo, como reconocimiento al trabajo que él había cimentado y al espíritu de lucha que había transmitido al grupo.

En esos meses, Miguel Ángel enfrentaba una de las batallas más duras de su vida: su lucha contra el cáncer de próstata. Pero lejos de alejarse, encontró en el fútbol y en Millonarios la fuerza para seguir. Cuando regresó al país y volvió a pisar El Campín, con la voz entrecortada, pronunció una frase que trascendió lo deportivo: “Esto se cura con amor, nada más”.

Aquella frase se convirtió en un mantra, en una consigna de esperanza. Fue el reflejo de su esencia: un hombre de principios, de fe en las personas y de amor por el juego. Desde entonces, cada vez que la hinchada recuerda su paso por el club, esa línea aparece como símbolo de su legado.

Más que un técnico, Russo fue un símbolo de humanidad

La historia de Russo en Millonarios no se resume en estadísticas o trofeos. Lo que dejó fue una forma de vivir el fútbol: con respeto, con calma y con una profunda sensibilidad humana. Sus jugadores lo recuerdan como un guía, un maestro que enseñaba más allá del campo de juego. “Nos enseñó a ser mejores personas”, dijo alguna vez Ayron del Valle, resumiendo lo que fue su paso por el camerino azul.

Su legado en Bogotá no se mide solo por la estrella 15 ni por la Superliga 2018, sino por el impacto emocional que generó. Los hinchas lo adoptaron como uno de los suyos, y hasta hoy su nombre provoca aplausos y gratitud.

La herencia de un campeón eterno

Con su partida, el fútbol colombiano pierde a un entrenador ejemplar, pero sobre todo a un ser humano que enseñó que la grandeza también se mide en gestos. Russo fue, y será siempre, el técnico que devolvió a Millonarios a la gloria y que, incluso en medio de su enfermedad, dejó una lección imborrable de amor y resiliencia.

Su frase más recordada, aquella que pronunció al volver de su tratamiento, resume su filosofía de vida y su legado eterno: “Todo se cura con amor”. Ese amor, el que él sembró en la hinchada y en los jugadores, será el que mantenga viva su memoria cada vez que Millonarios salga al campo del Campín, donde su espíritu quedará por siempre.