El 23 de junio, el Atlético de Madrid venció a Botafogo con gol de Griezmann, pero quedó eliminado en la fase de grupos del Mundial de Clubes, sacudido por la diferencia de goles. Fue el punto de inflexión tras una temporada irregular, donde quedó claro que se necesitaban refuerzos urgentes. A partir de ese golpe, el club colchonero activó su maquinaria para renovar una plantilla con evidentes síntomas de desgaste físico y mental.
Un mercado con sello rojiblanco: seis fichajes y dos renovaciones
El Atlético de Madrid ha invertido 150 millones de euros en este mercado de verano para incorporar seis futbolistas que refrescan y oxigenan distintas zonas del campo. Además, ha asegurado la continuidad de Clément Lenglet y Juan Musso, quienes regresan tras sus cesiones. La reestructuración abarca desde la defensa hasta la creación, con nombres como Álex Baena, Dávid Hancko, Johnny Cardoso, Thiago Almada, Matteo Ruggeri y Marc Pubill, que llegan con la misión de inyectar talento y ambición en el vestuario.
Un plan ambicioso, aunque con margen para una última sorpresa
Desde la directiva, Enrique Cerezo ha manifestado que la plantilla está prácticamente cerrada. Sin embargo, dejó abierta una ventana a posibles movimientos si surge una oportunidad inesperada. Aunque ya se cubrieron las necesidades clave, los colchoneros siguen atentos al mercado, sobre todo en la delantera, una zona donde aún no se ha hecho el gran movimiento.
¿Se viene la guinda del pastel? El caso Vlahovic
El Atlético tanteó a Viktor Gyökeres, pero Arsenal se adelantó. Ahora, el foco apunta a Dusan Vlahovic, delantero de la Juventus que busca nuevo destino. Según el diario ‘AS’, el club rojiblanco habría propuesto incluir a Nahuel Molina como parte del trato para acercarse al atacante serbio. La operación está en fase tentativa, pero sería un golpe mediático y deportivo si se concreta. El mensaje es claro: el equipo no solo quiere competir, quiere ganar. Y para eso, no descarta un último movimiento de alto calibre.