Un segundo episodio en camino. La Superliga, aquella idea de crear una competición con los clubes más poderosos de Europa, no se ha extinto.
Qué creían, ¿que acaso Florentino Pérez se quedaría quieto? Lo de la Superliga sigue en pie. Ahora en modo recargado, reservándose un arsenal legal contra la maquinaría de la UEFA. Los alemanes lo sospechan así y en uno de sus rotativos alertaron. Der Spiegel revela cómo se ha venido trabajando sin aspavientos, ni marrullerías mediáticas.
La historia es más o menos así:
Una agencia de márketing y relaciones públicas, Flint como dicen que se llama, ya tiene un borrador: “Allanando el camino hacia la Superliga: estrategias para la reconstrucción, el reinicio y el triunfo».
En otras palabras, regresa la idea de un torneo, que entre telones sea la respuesta de un poder contra la tradición. De un fútbol construido por grandes, que combata, a juicio de sus próceres, las injusticas de un modelo como el actual. La UEFA para ellos es monopolio. Injusto y hasta abusivo.
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De manera que el proyecto se sumerge en los más recónditos quehaceres de las leyes para tener todo listo. Responder por la vía legal a las obstrucciones que se encuentren en el camino. Demostrar ante los estrados que la Superliga tiene todo el derecho de interponerse y competir, por qué no, al mismo nivel de la Champions.
Recopilan también que, aunque muchos de los primeros miembros de la Superliga abandonaron la idea cuando estalló el escándalo, siguen en el proyecto, a la expectativa de un guiño que les dé vía libre para impulsarse de nuevo.