América de Cali cerró una de las decisiones más sensibles de su mercado de pases y lo hizo apostándole al criterio de su entrenador. Tras varias semanas de análisis, reuniones y alternativas sobre la mesa, el club escarlata definió a su nuevo guardián del arco: el brasileño Jean Paulo Fernandes Filho, quien alcanzó un acuerdo total con la institución en la noche del martes y se convertirá en el arquero titular para el proyecto 2026.
La operación no estuvo exenta de debate interno. Hubo otros nombres, caminos paralelos y una clara diferencia de visiones entre la dirección técnica y la dirigencia. Finalmente, la postura de David González terminó inclinando la balanza en una decisión que marcará el rumbo deportivo del equipo en una posición clave.
Un mercado con varios nombres y una prioridad clara
Durante las últimas dos semanas, América de Cali exploró distintas alternativas para reforzar su portería, entendiendo que la posición había quedado debilitada tras las salidas recientes de Joel Graterol y Santiago Silva. Desde la órbita dirigencial, el nombre que más convencía era el del uruguayo Cristopher Fiermarín, arquero de 27 años que firmó un excelente 2025 con Deportes Tolima.
Sin embargo, ese camino se fue cerrando con el paso de los días. Fiermarín pertenece a Defensa y Justicia de Argentina y el club dueño de sus derechos federativos fue claro en su postura: no contemplaba un préstamo, solo una venta total o parcial de la ficha. América propuso un préstamo con cargo elevado y opción de compra, fórmula que no satisfizo las exigencias del club argentino. Ese punto terminó siendo decisivo para descartar la operación.
El nombre que impulsó David González desde el inicio
Mientras se exploraba la opción Fiermarín, el cuerpo técnico ya tenía otro nombre plenamente identificado. Por pedido expreso de David González Giraldo, América había avanzado desde hace diez días en conversaciones con Jean Paulo Fernandes Filho, arquero brasileño que se encontraba en condición de agente libre tras su salida de Cerro Porteño.
González, exarquero profesional, fue enfático al recomendarlo. Su respaldo no se basó únicamente en condiciones técnicas, sino en el perfil completo del futbolista: personalidad, liderazgo, voz de mando y experiencia en contextos de alta presión. Para el entrenador, Fernandes encajaba de manera natural en la idea de equipo que pretende construir.
No obstante, este nombre generó dudas en la cúpula directiva encabezada por Tulio Gómez y su hija Marcela Gómez, presidenta del club. Las reservas giraban en torno a dos aspectos puntuales.
Las dudas dirigenciales: inactividad y carácter
El primer punto de preocupación fue la inactividad deportiva del arquero. Fernandes había quedado libre de Cerro Porteño hacía más de seis meses y, pese a su trayectoria, no había cerrado vínculo con ningún otro club durante ese periodo.
El segundo aspecto fueron los rumores sobre su carácter. A lo largo de su carrera, el guardameta fue señalado en algunos momentos por roces con cuerpos técnicos y entornos institucionales, una situación que generó inquietud en la dirigencia escarlata.
Ante ese escenario, David González asumió una postura firme. En conversaciones internas, expresó que se sentía plenamente capacitado para manejar el temperamento del jugador y que, lejos de verlo como un problema, consideraba que esa personalidad podía transformarse en liderazgo positivo dentro del vestuario. En cuanto a la inactividad, fue claro: con una pretemporada adecuada, Fernandes llegaría en condiciones óptimas al inicio del campeonato.
El factor que destrabó la negociación
La negociación con Jean Paulo Fernandes Filho terminó cerrándose con relativa rapidez por un factor clave: su condición de jugador libre. A diferencia del caso Fiermarín, América no tuvo que negociar con ningún club, sino directamente con el futbolista, acordando salario y condiciones contractuales.
Además, la voluntad del arquero fue determinante. Desde el primer contacto manifestó su deseo de jugar en América de Cali, incluso rechazando propuestas formales de Libertad de Paraguay y Toluca de México. Ese compromiso personal terminó de convencer a todas las partes y permitió que el acuerdo se sellara a altas horas de la noche del martes.
Experiencia, recorrido y respaldo internacional
El currículum de Jean Paulo Fernandes respalda la apuesta. Entre 2021 y mayo de 2025 disputó 140 partidos oficiales con Cerro Porteño, siendo arquero habitual tanto en competencias locales como internacionales. Su rendimiento lo consolidó como uno de los referentes del equipo paraguayo durante ese periodo.
A esto se suma un antecedente de peso: fue arquero titular de la Selección de Brasil Sub-20, subcampeona del mundo en 2015. Ese recorrido internacional refuerza la confianza del cuerpo técnico en sus capacidades, más allá del tiempo sin competencia reciente.
En América entienden que su carácter fuerte puede ser una virtud si se canaliza correctamente. González valora especialmente que el arquero tenga personalidad para ordenar la defensa, asumir responsabilidades y transmitir seguridad en momentos de presión.
Reestructuración necesaria en la portería escarlata
La llegada de Fernandes se enmarca en una reestructuración profunda de la portería del club. En semanas recientes, América tomó la decisión de prescindir del uruguayo Santiago Silva y del venezolano Joel Graterol, movimientos que respondieron tanto a criterios deportivos como administrativos, especialmente por la necesidad de liberar cupos de extranjero.
Actualmente, Jorge Soto es el único guardameta confirmado en el plantel y seguirá siendo una pieza importante. No obstante, la dirigencia coincidió en que era indispensable sumar competencia real en el puesto para afrontar con mayor solidez la Liga y los retos de la temporada 2026.
Con la oficialización de Jean Paulo Fernandes Filho, América de Cali cierra un capítulo clave de su mercado y le entrega a David González al arquero que pidió. Una apuesta respaldada por experiencia, personalidad y convicción, que ahora deberá validarse dentro del campo.
