La selección Colombia Sub 17 fue goleada 4 – 0 por Ecuador en el Suramericano de la categoría. Imposible entender el planteamiento y los cambios que el técnico Juan Carlos Ramírez hizo en la alineación.
«Para ser técnico se necesitan dos fotos y ser terco». Iván René Valenciano inmortalizó esta frase y en partidos como el de hoy cobra total validez.
Colombia venía de jugar un partido fantástico frente a Uruguay. En una cancha imposible, frente a un rival siempre difícil, redujo a los charrúas a su mínima expresión. Fue un empate a cero absolutamente mentiroso.
¡Para revivir! Disfruta de los mejores momentos de @LaTri 4-0 @FCFSeleccionCol por el Grupo A de la CONMEBOL #Sub17. 🔙📺 pic.twitter.com/NCFOgd6ulQ
— CONMEBOL.com (@CONMEBOL) April 2, 2023
La selección tuvo todo para ganar con diferencia, además el claro penal no otorgado a favor de Colombia, marcó la diferencia.
En aquel partido brillaron jugadores fundamentales que llevaron el peso del partido. Profeta, Obando, Batioja, Bonilla fueron cuatro pilares fundamentales del excelente trabajo colombiano.
De manera inesperada y sorprendente el técnico Juan Carlos Ramírez decidió hacer una revolución para enfrentar a Ecuador el día de hoy.
Tuvo el famoso ‘ataque de técnico‘, término utilizado para definir a los entrenadores cuando se salen de lo que pide el lógico planteamiento de un partido y queriendo hacer algo genial, terminan destrozando lo que funcionaba bien.
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El técnico de la selección Colombia Sub 17 realizó tres movimientos incomprensibles que le costaron el partido.
Resulta imposible entender las razones por las cuales Ramírez sacrificó a dos de los mejores en el partido ante Uruguay, dejó sentados a Batioja y Bonilla. Socios de Obando y Barrera y generadores de peligro constante.
El otro movimiento equivocado fue asignarle responsabilidades de extremo pegado a la banda a Obando, el motor de la selección.
Dejando a dos piezas fundamentales en el banco y quitándole el espacio de maniobra y el panorama a Obando, mató al equipo.
EL primer gran sacrificado con este disparate fue Profeta pues se quedó sin Obando a su lado para descargar en corto y sin Batioja y Bonilla para generar progresiones en largo.
Profeta, que había sido eje y figura frente a Uruguay se quedó solo y fue controlado por los volantes ecuatorianos.
La frustración de Obando por estar ubicado en una posición que claramente lo limitaba en la generación de fútbol y el despliegue, dejó a nuestro mejor jugador ausente, confundido y dedicado a pelearse con los rivales y el árbitro. Tuvo que ser sustituido, una jugada más y la expulsión era segura.
Batioja entró muy tarde, Profeta terminó metido entre los centrales, Barrera no tuvo a Obando y Profeta cerca para alimentarlo. El caos fue total.
Ahora se viene Brasil el próximo lunes, como mínimo Colombia tiene que sacar un empate para luego jugarse una final frante a Chile y esperar que Uruguay tropiece.
Colombia pasó de pintar para pelear título a estar al borde de la eliminación de un partido a otro, por un claro error de planteamiento del técnico Juan Carlos Ramírez. Un ‘hara kiri‘ a la colombiana.
