Una máquina de hacer dinero con 7 millones de euros de facturación por partido, sin olvidar eventos no relacionados con el fútbol, desde el boxeo hasta la NFL pasando por conciertos como el de Beyoncé. Así, el Tottenham logró desarrollar al máximo el nuevo estadio, inaugurado en 2019 y que hoy se convierte en una fuente de ingresos como pocos clubes en el mundo.
De hecho, en un extenso artículo de The Athletic se analiza cómo el Tottenham consigue generar importantes ingresos con un estadio que costó alrededor de 1.500 millones de euros.
El antiguo White Hart Lane, aunque característico, generó una media de alrededor de 1,3 millones de euros por partido: en la 2016/17, la última temporada disputada en el histórico estadio, los ingresos por jornada ascendieron a unos 50 millones de euros.
Hoy el nuevo estadio del Tottenham Hotspur es un “cajero automático gigante” con 62.000 asientos, que hoy genera alrededor de 7 millones de euros de ingresos por partido: en 2021/22 (aún con las limitaciones de Covid) el Tottenham recaudó 125 millones de euros, sólo superado por el Manchester United en Inglaterra.
Una parte sustancial proviene de los distintos bares y restaurantes del interior del estadio, que generan alrededor de 1,2 millones de euros por partido incluso después del partido, cuando permanecen abiertos durante mucho tiempo.
Luego está la cuestión del precio de las entradas: los abonos para la próxima temporada costarán entre 1.000 y 2.800 euros, un 6% más que los precios de la temporada actual, cifras que han enfurecido a los aficionados.
Los partidos de fútbol que se celebran en el estadio siempre serán sólo una pequeña parte, porque el Tottenham pretende llenarlo incluso cuando los Spurs no juegan. El acuerdo más relevante sigue siendo el de la NFL, que paga por albergar cada partido en el estadio londinense.