¿Qué es la táctica en el fútbol?

¿Qué es la táctica en el fútbol?


El deporte más popular del mundo, más allá de los resultados y las grandes estrellas que asombran a millones fanáticos, está mediado por una fase estratégica que va más allá de la técnica. Entonces, ¿Qué es la táctica en el fútbol?

En tiempos de mucha información y comunicación sobre el fútbol, gran parte de los aficionados de este deporte se preguntan sobre lo que es la táctica y su importancia para el entendimiento y desarrollo del juego. Primero hay que decir que la táctica es un concepto que engloba todas aquellas acciones, decisiones y variantes que emplea un equipo de fútbol para superar y contrarrestar a su rival.

La táctica siempre depende de una idea, un estilo y una estrategia futbolística que es pensada por un entrenador y ejecutada por los futbolistas. Esto es importante saberlo pues no se puede entender la táctica en su sentido colectivo sin comprender primero cuáles son las características particulares de cada uno de los jugadores.

Al ser los intérpretes de un mensaje que reciben desde la dirección técnica, de ellos depende que una táctica sea exitosa o no. Como la táctica está definida por la idea, el estilo y la estrategia, y cada ser humano (por lo tanto, cada futbolista) es diferente, hay muchas maneras de jugar. Puede haber dos equipos que busquen ser muy ofensivos, pero no necesariamente emplear las mismas tácticas.

Por ejemplo, si tienes se puede intentar llevar la iniciativa del juego teniendo mucho el balón, tocando de lado a lado y buscando encontrar el espacio por el cual penetrar la defensa de tu contrincante. Pero también se puede ser ofensivo en pocos toques, solamente haciendo envíos largos hacia la zona de los atacantes.

Ahí es donde radica el trabajo táctico, en buscar las herramientas que mejor se adapten a los elementos disponibles y al contexto que se tenga por delante.

La táctica también está atravesada por los sistemas tácticos, también llamados formaciones, esquemas o dibujos. Los sistemas no son más que la numeración que utiliza un director técnico para establecer la forma en la que sus once jugadores se paran en el terreno de juego.

Otros conceptos para resaltar son las posiciones y las funciones, siendo el primero importantísimo a la hora de comprender cómo se organiza un equipo en el campo. Por ejemplo, el 1-4-3-3 es un sistema donde 1 es el arquero, hay cuatro defensores, tres mediocampistas y tres delanteros.

También existe el 1-4-4-2, con cuatro defensores, cuatro mediocampistas y dos delanteros (aunque el portero casi nunca se menciona en el esquema, por lo que se suele decir 4-3-3 o 4-4-2 según sea el caso).

A su vez, existen dibujos como el 4-2-3-1, donde también hay cuatro defensores, pero se cuenta con cinco mediocampistas (de ahí la serie 2-3) que están intercalados en el campo. Acá es donde entra la complejidad táctica pues hay entrenadores que prefieren tener volantes de marca y/o volantes ofensivos, todo según las cualidades de los futbolistas con los que se cuente y también de los pormenores tácticos del rival. De ahí salen las funciones que se le asignan a cada intérprete.

Aunque en la perspectiva clásica del fútbol solamente existen cuatro posiciones (arquero, defensor, mediocampista y delantero), con el paso de las décadas se han ido incorporando otras funciones a estas cuatro posiciones iniciales. Así fueron naciendo los laterales (defensores que se ubican en los costados, al lado de la línea lateral), los mediocampistas o volantes de marca, los volantes ofensivos y los extremos (delanteros que se posicionan paralelamente a los laterales).

De la misma forma hay figuras como la del líbero (un defensor que está en el medio de una defensa de tres defensores), el carrilero (un volante lateral que cumple la doble función de ataque y defensa) o el enlace (un mediocampista que se mueve por detrás del delantero centro y que muchas veces se confunde con el enganche o diez).

Precisamente el fenómeno histórico del enganche consiste en que es ese jugador diferencial que no tiene una posición fija, sino que cumple con la función de gestionar las principales acciones ofensivas el equipo con su inteligencia, pausa, habilidad y capacidad asociativa. El diez se mueve por toda la cancha, no está amarrado a una sola zona del campo.

Las funciones son tan fundamentales porque están supeditadas a las fases del juego, otra área importantísima en la táctica. El fútbol es defender y atacar, pero en medio de esas dos instancias también están las transiciones defensa-ataque y las transiciones ataque-defensa.

Para ejemplificarlo, un equipo puede organizar su ataque con los jugadores en determinada zona de influencia pensando en qué puede ocurrir cuando el rival, que está en fase defensiva, recupere el balón.

Ahí se dan una serie de movimientos que pueden manejarse bajo los conceptos de presión alta o repliegue, pero ya esos son principios tácticos muy específicos según sea la fase de juego que se está desarrollando durante un partido.

 

 

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