Fue en 2016 cuando Tulio Gómez se convirtió en el máximo accionista de América de Cali. ¿Por qué tomó tal decisión? Contó que no era parte de sus sueños.
Así se lo respondió a César Augusto Londoño en entrevista para el DIARIO AS. Se remontó más de 7 años atrás, cuando ya era parte de la junta directiva del equipo, se estaba buscando el ascenso y la situación del club era bastante compleja. Su llegada arregló ciertas cosas y hoy se mantiene en ese lugar, ya incluso con su hija Marcela Gómez como presidenta.
¿Por qué se le ocurrió comprar al América de Cali?
“Nunca se me ocurrió ni era mi sueño. Las cosas se dieron. Habíamos vendido Súper Inter, teníamos una platica y América estaba quebrado. Le invertimos mucho dinero para comprar y luego para capitalizar (…). Nos tocó de cero (…). Tenemos un gran capital invertido, pero gracias a Dios el América es rentable, se sostiene y da utilidades. Le hemos reinvertido y mermado deudas. Cuando yo llegué las deudas eran de 28 mil millones, pero Oreste Sangiovanni se echó el equipo al hombro, lo sacó de la Lista Clinton, juntó varios accionistas para pagar las deudas. Hay que darle los méritos. Trabajó para que el equipo no desapareciera porque estaba a punto de ser liquidado. No tenía activos. No tenía sede, era un bus alquilado. solo estaba la ficha y él hizo el esfuerzo para salvarlo”.
¿Cuánto le ha invertido Tulio Gómez a América de Cali?
Respuesta que dio tras casi 8 años haciéndolo: “Le hemos invertido unos 20 millones de dólares. El equipo ya está dando utilidades, pero nosotros nunca le sacamos un peso al América. En la última asamblea en la que hubo utilidades, a los accionistas les preguntamos si repartíamos dividendos y todos votamos que no porque al América hay que capitalizarlo, dejarlo sin deudas y reinvertirle”.
¿Y ha vendido bien?
“Apenas estamos empezando a vender. Nosotros procuramos no desbaratar el equipo. Hoy por hoy contratamos jugadores para ser campeones y no para vender. A veces se presentan oportunidades. Al jugador le dañan la cabeza y si no lo vendemos, no nos renueva. Entonces toca venderlo”.
