Qué noche inolvidable y consagratoria para Duván Vergara en el Pascual Guerrero. Una montaña rusa de emociones que culminó en un gol agónico al minuto 90+12, en partido que parecía perdido.
Fue compromiso ante Fortaleza CEIF. De los más extraños que se han visto. Con la desventaja, los penaltis sancionados y las intervenciones del VAR por las que finalmente no se dieron. Y en ese vaivén de emociones, el ídolo escarlata haciéndose cargo de uno de ellos. Apuntaba al empate y lo erró.
El penalti errado por Duván Vergara ante Fortaleza CEIF (Win Sports)
🧤⚽¡Espectacular atajada! ¡Juan Castillo le atajó penal a Duván Vergara y los ‘Amix’ continúan arriba en el marcador!#LALIGAxWIN pic.twitter.com/zYW2QMrH1Y
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Tras fallar un penalti que fue atajado por el arquero Juan Diego Castillo y desperdiciar una clara opción al 90+8, Duván Vergara, visiblemente afectado, miró a la hinchada y, con humildad, les pidió disculpas. Pero su espíritu indomable no permitió que se rindiera. En los últimos segundos del partido, luchó como siempre lo hace y, finalmente, logró lo impensado: un gol salvador que desató una fiesta en el estadio.
Ese tanto no solo selló el empate ante Fortaleza, sino que fue el reflejo de su carácter y determinación, consolidándolo como uno de los pilares fundamentales en la campaña del equipo. Con 5 goles y una asistencia en 10 partidos, Duván Vergara ha sido un jugador clave, pero este gol fue más que una simple estadística. Fue una muestra de su garra, de su capacidad para levantarse tras los errores y de su enorme corazón.
⚽❌¡No te lo puedo creer! ¡Duván Vergara tuvo el empate de América al final!#LALIGAxWIN pic.twitter.com/KtxercLadZ
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El emotivo festejo tras el gol fue sobrecogedor. Duván, que había dejado el alma en el campo, no pudo contener las lágrimas. Arrodillado y rodeado de sus compañeros, lloró de emoción, liberando toda la tensión acumulada. La hinchada, que pasó de la angustia a la euforia, lo aclamó con el reconocimiento que solo los grandes reciben.
El gol al minuto 90+12 no fue solo un empate para el equipo, fue la coronación de una noche en la que Vergara demostró, una vez más, que es un verdadero líder. Un jugador que, a pesar de las adversidades, no deja de luchar. Esa noche, su llanto no solo conmovió al estadio, sino que dejó claro que su corazón late al ritmo del equipo y de su afición.