Hablemos en futuro y tomemos medidas con lo que pueda pasar en los próximos nueve años. Es posible que el Seguro Social no pueda pagar los beneficios de jubilación completos a partir de 2033, según las proyecciones actuales de los administradores del programa. Si el Congreso no toma decisiones para solucionar la situación antes de esa fecha, la expectativa general es que millones de jubilados podrían ver un recorte generalizado de beneficios del 21%.
Los efectos de esa pérdida de ingresos podrían ser suficientes para provocar una crisis de jubilación, ya que duplicaría la tasa de pobreza de los ancianos y reduciría el ingreso familiar promedio de los adultos mayores en casi un 14%, según una nueva investigación del American Enterprise Institute.
Sin embargo, esos amplios recortes de beneficios no tendrían necesariamente que ocurrir, ya que los peores efectos de la insolvencia podrían prevenirse mediante medidas ejecutivas, según el informe.
¿Por qué los fondos fiduciarios del Seguro Social se enfrentan a fechas de agotamiento?
El Seguro Social recurre a múltiples fuentes para pagar los beneficios: ingresos constantes provenientes de los impuestos sobre la nómina y los impuestos sobre la renta, así como fondos fiduciarios que se utilizan para complementar los cheques mensuales que reciben los beneficiarios.
Sin embargo, a medida que más personas cobran prestaciones de jubilación de la Seguridad Social, el fondo fiduciario utilizado para pagar esas prestaciones se está agotando. La fecha de agotamiento (actualmente 2033) representa el punto en el que el fondo se agotará.
Toma en cuenta que el Seguro Social tiene más de un fondo fiduciario, incluido uno que paga a los trabajadores jubilados, sus familias y sobrevivientes, y un segundo que paga los beneficios por discapacidad.
¿Cómo se podrían evitar grandes recortes de prestaciones?
Así como existen problemas si no se toman medidas, se espera que el nuevo presidente y el nuevo Congreso aborden la solvencia de la Seguridad Social. Es decir, cuanto antes actúen, mejor será para todos los beneficiarios involucrados. Una encuesta reciente del Instituto Nacional de Jubilación concluyó que el 72% de los adultos temen que la Seguridad Social se quede sin fondos en algún momento de su vida.
El recorte generalizado de beneficios de aproximadamente el 21% es “insostenible e insostenible, tanto política como financieramente desde la perspectiva de los hogares”, comentó el director ejecutivo del Programa de Política Económica, Shai Akabas.
Una vez que llegue la fecha de agotamiento, ya sea que siga siendo 2033 o se cambie a otro año, el presidente en ese momento podría decidir limitar los beneficios mensuales a aproximadamente $2,050.
Ese cambio reduciría los pagos a los beneficiarios que reciben más de esa cantidad y haría que la Seguridad Social fuera solvente sin agregar nueva deuda ni aumentar los impuestos. Al mismo tiempo, aproximadamente la mitad de todos los jubilados y sobrevivientes seguirían recibiendo sus pagos completos de beneficios.
Lo que ocurra a continuación dependerá de la interpretación del derecho constitucional, lo que podría dar lugar a litigios, señala el informe, incluso por parte de beneficiarios que podrían no recibir los beneficios que se les prometieron.