Los titulares de la Green card en Estados Unidos, también conocidos como residentes permanentes, tienen el derecho de vivir y trabajar en el país de manera indefinida. Sin embargo, esto no significa que su estatus sea intocable. En ciertas situaciones, pueden ser deportados, algo que ha generado debate recientemente, sobre todo tras la detención de Mahmoud Khalil, un activista palestino involucrado en protestas en la Universidad de Columbia.
Aunque los residentes permanentes tienen derechos constitucionales, como la libertad de expresión, esto no los hace inmunes a la deportación. Existen motivos legales que pueden llevar a que pierdan su estatus y sean expulsados del país.
¿Qué derechos y obligaciones tienen los residentes permanentes con Green Card?
Según el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de EE. UU. (USCIS), los titulares de la Green card tienen derecho a vivir y trabajar en EE. UU. siempre que no cometan delitos. También pueden acceder a la protección de las leyes del país, tanto a nivel federal como estatal. Pero con estos derechos vienen responsabilidades.
Deben obedecer las leyes, declarar impuestos y, si son hombres entre 18 y 25 años, registrarse en el Servicio Selectivo. Además, aunque pueden participar en la vida social y económica del país, no pueden votar en elecciones federales.
¿Cuándo un residente permanente puede ser deportado?
A pesar de sus protecciones legales, hay circunstancias en las que un titular de Green card puede perder su residencia y ser deportado. Entre las razones más comunes están cometer delitos graves, incurrir en fraude migratorio, representar una amenaza para la seguridad nacional o incluso pasar demasiado tiempo fuera del país sin autorización.
En cualquier caso, estas personas tienen derecho a una audiencia ante un juez de inmigración y, en ciertos escenarios, pueden apelar la decisión o solicitar algún tipo de alivio, como la cancelación de la deportación. Factores como la cantidad de años vividos en EE. UU. o los lazos familiares pueden influir en el resultado del proceso.
Visad de estudiantes internacionales y su vulnerabilidad a la deportación
Quienes tienen visas estudiantiles, como las F-1, M-1 o J-1, están en una situación más delicada. Su estatus es temporal y depende del cumplimiento de normas muy específicas. No mantener la matrícula, trabajar sin permiso o exceder el tiempo permitido en EE. UU. son algunas de las razones que pueden llevar a la revocación de la visa y la deportación.
A diferencia de los residentes permanentes, los estudiantes internacionales tienen menos opciones para defenderse si violan las condiciones de su visado. Un ejemplo claro es el de aquellos que han sido arrestados por delitos como conducir bajo los efectos del alcohol. En estos casos, el Departamento de Estado puede revocar la visa sin necesidad de un juicio prolongado.
El caso de Mahmoud Khalil y las nuevas políticas de deportación
El caso de Mahmoud Khalil ha puesto sobre la mesa la posibilidad de que incluso los residentes permanentes sean deportados por motivos políticos. Khalil, un activista palestino, fue arrestado en Nueva York en el marco de protestas por el conflicto entre Israel y Hamas. Su detención se produjo bajo órdenes ejecutivas que prohíben el antisemitismo, argumentando que quienes apoyan a Hamas podrían perder su derecho a residir en EE. UU.
Khalil y otros manifestantes han negado cualquier vínculo con Hamas, pero el incidente ilustra cómo cuestiones de seguridad nacional pueden influir en el estatus migratorio, incluso de quienes tienen una Green card.
En un principio, Immigration and Customs Enforcement (ICE) señaló que la detención de Khalil se debió a una orden del Departamento de Estado para revocar su visa de estudiante. Sin embargo, al confirmarse que era residente permanente, ICE cambió su postura y sugirió que iniciaría un proceso para revocar su Green card.