Parece una tontería, pero fabricar un centavo cuesta más de lo que vale. Y no poco más, sino bastante. Por eso, el gobierno de Estados Unidos ha tomado una decisión que ya se veía venir: dejar de producir las monedas de centavo de dólar. La medida fue impulsada durante la administración de Donald Trump, aunque los cálculos económicos llevaban años apuntando en esta dirección.
Los números hablan por sí solos. Solo en el año fiscal 2024, la Casa de la Moneda de EE. UU. perdió unos 85,3 millones de dólares fabricando casi 3.200 millones de estas monedas. ¿El motivo? Cada centavo costaba 3,7 centavos en producirse. Sí, gastar casi cuatro veces su valor real por cada uno. Un sinsentido. Y esto no es nuevo: en 2023, el coste ya rondaba los 3,1 centavos por unidad.
¿El fin de unas monedas inútiles?
Estados Unidos no es el primero en tomar esta decisión. Canadá hizo lo mismo hace más de una década y su economía no colapsó ni mucho menos. La pregunta es: ¿qué impacto tendrá esto en la vida diaria y en el mercado de coleccionistas?
El centavo lleva años perdiendo sentido. Apenas sirve para comprar nada, la mayoría de la gente los acumula sin usarlos y hasta los cajeros automáticos los ignoran. Para los expertos la decisión era inevitable.
¿Se volverán más valiosos los centavos antiguos?
Cuando una moneda deja de acuñarse, suele surgir la misma duda: ¿se convertirá en una pieza de colección? Carter lo tiene claro: no a corto plazo. Hay demasiados centavos en circulación como para que se vuelvan raros en nuestra generación. Y si miramos la historia, no es la primera moneda que desaparece en EE. UU. Ahí están los medio centavos, los de dos centavos o los de tres.
¿Se hicieron millonarios quienes guardaron esas monedas? No, y esta vez no será diferente.
¿Y los pagos en efectivo?
Aquí es donde surge la verdadera duda. Si los centavos desaparecen, ¿cómo se ajustarán los pagos en efectivo? En Canadá, el sistema fue simple: los pagos en efectivo se redondean al cinco más cercano, mientras que las tarjetas siguen cobrando el importe exacto. Estados Unidos aún no ha anunciado cómo manejará la transición, pero lo lógico sería aplicar algo similar.
Aunque pueda parecer un cambio importante, lo cierto es que hoy en día la mayoría de las transacciones son digitales. Cada vez menos gente paga en efectivo, así que el impacto será mínimo.
¿Y si eliminan también el níquel?
Este movimiento abre la puerta a otro debate: si el centavo era una pérdida de dinero, ¿qué pasa con el níquel? Fabricar una moneda de cinco centavos cuesta casi 14 centavos. Es decir, por cada níquel acuñado, el gobierno pierde casi tres veces su valor nominal. Si la lógica aplicada al centavo se extiende, no sería raro que el níquel fuera el siguiente en la lista de monedas destinadas a desaparecer.
No es la primera vez que EE. UU. elimina una moneda. A lo largo del tiempo, muchas denominaciones han sido retiradas del sistema porque dejaron de ser útiles o económicamente viables.
Para muchos, el fin del centavo puede parecer un cambio simbólico. Pero la realidad es que, en el día a día, su ausencia apenas se notará. Seguirán existiendo durante años en bolsillos, suelos de supermercados y frascos llenos de monedas olvidadas. Solo que ahora, oficialmente, formarán parte del pasado.