Algunas monedas que parecen comunes esconden historias y valores sorprendentes. Descubre tres ejemplos únicos que podrían hacerte pensar dos veces antes de deshacerte de esas viejas monedas que tienes por casa.
El mundo de las monedas no es exclusivo para coleccionistas. Muchas personas desconocen que algunas monedas aparentemente comunes pueden alcanzar precios impresionantes en el mercado. La clave está en la rareza y la historia que encierran. Si encuentras monedas antiguas en casa, podría ser el momento de investigar su valor antes de descartarlas.
Monedas muy valiosas: el misterioso níquel Liberty Head de 1913
¿Sabías que solo se fabricaron unas pocas unidades de este níquel? ¡Y hoy en día apenas sobreviven! Es tan exclusivo que su precio en subastas ha llegado a niveles absurdos. Uno de los ejemplares más conocidos, el famoso «Eliasberg specimen», se vendió en 1996 por 1,48 millones de dólares. Pero no queda ahí: en 2007 se subastó por 5 millones.
Claro, no es fácil encontrar un níquel Liberty Head de 1913, pero si tienes monedas de esa época, échales un vistazo. Incluso otras variantes pueden superar con creces su valor original de cinco céntimos.
El dólar Flowing Hair de 1794: una pieza histórica
Este dólar no solo tiene valor económico, también histórico. Fue el primero acuñado oficialmente en Estados Unidos entre 1794 y 1795. Su diseño, obra de Robert Scot, se inspira en el dólar español y muestra a la Libertad en el anverso y un águila rodeada de una corona en el reverso.
Hoy en día, se cree que solo existen entre 150 y 200 ejemplares. Su rareza lo ha convertido en uno de los más buscados por coleccionistas. En 2013, un dólar Flowing Hair alcanzó la asombrosa cifra de 6,6 millones de dólares en una subasta, rompiendo récords. Incluso los ejemplares menos perfectos suelen superar los 100.000 dólares.
Si te topas con un dólar de finales del siglo XVIII, especialmente con este diseño, no lo dudes: consulta con un experto. Podrías tener en tus manos una joya histórica.
El Mercury Dime de los años 40: pequeño pero valioso
No hace falta que sea una moneda grande para ser valiosa. El Mercury Dime, acuñado entre 1916 y 1945, es un gran ejemplo de cómo una moneda aparentemente normal puede esconder un gran valor.
Diseñada por Adolph Alexander Weinman, destaca por su elegancia. En el anverso, una joven Liberty con un gorro alado. En el reverso, un fasces rodeado por una rama de olivo. Aunque en los años 40 se produjeron millones de estos dimes, algunas ediciones específicas han alcanzado precios de hasta 8.500 dólares en subastas.
Si encuentras uno en buen estado, guárdalo. Podrías estar ante un pequeño tesoro.
¿Cómo saber si tienes una moneda valiosa?
Antes de correr a un tasador, echa un vistazo por tu cuenta. Una búsqueda rápida en internet puede darte pistas sobre el valor de tus monedas. Eso sí, si crees que tienes algo especial, no manipules la moneda directamente; usa guantes para evitar daños y consérvala en un lugar seguro.
Las monedas no son solo objetos de colección. Cuentan historias, guardan secretos del pasado y, en ocasiones, esconden una pequeña fortuna. Así que, ¿por qué no revisas ese cajón olvidado? Quizás encuentres algo que te sorprenda.