El regreso del DIM a la competencia oficial dejó este curioso cierre. Tras la dura caída en la final del semestre anterior, el equipo enfrentó a Alianza FC en la primera fecha de la Liga BetPlay II-2025 con la obligación de reencontrarse con su hinchada. El empate 1-1 dejó sensaciones amargas y, una vez más, el Atanasio Girardot fue escenario de frustración. Se lo hicieron sentir a los futbolistas.
Más allá del resultado, uno de los momentos más comentados del partido ocurrió al final, cuando Washington Aguerre, arquero del DIM, tuvo un cruce con algunos aficionados ubicados en la tribuna occidental. El uruguayo reaccionó ante los reclamos, cortó el camino hacia el camerino y se acercó a la tribuna. La tensión fue evidente, pero su respuesta final terminó siendo distinta: le regaló su camiseta a un niño que estaba en la zona.
Un regreso cargado de tensión entre la hinchada del DIM y los futbolistas
El ambiente en el Atanasio Girardot era complejo desde el inicio. Era el primer partido del Medellín tras la final perdida ante Santa Fe y el empate en casa no ayudó a disipar los ánimos. El equipo no logró imponer condiciones ante Alianza FC y volvió a dejar puntos en condición de local, algo que suele encender las críticas entre los hinchas.
Al final del partido, cuando los jugadores se retiraban por el sector de occidental, se escucharon reclamos desde la tribuna. No fueron masivos, pero sí lo suficientemente intensos como para llamar la atención de algunos futbolistas. En ese contexto, Washington Aguerre, quien había sido titular y atajó todo el partido, detuvo su camino y decidió responder.
Aguerre se devuelve y encara los reclamos en el Atanasio
El arquero uruguayo no fue indiferente a los gritos que llegaban desde la tribuna. Mientras caminaba hacia el túnel rumbo al camerino, giró, cambió de rumbo y caminó directamente hacia el sector donde se encontraban algunos de los aficionados que le estaban reclamando. Su intención era confrontar y hablar. Quiso hacerles frente con palabras, dar la cara y expresar su postura.
Varios compañeros y miembros del staff técnico intervinieron para calmar la situación. No hubo agresión ni escándalo, pero sí un momento de tensión que reflejó el clima que vive el club tras la frustración del semestre anterior. Aguerre fue firme, pero mantuvo la compostura. Luego de algunos segundos frente a la tribuna, decidió continuar su camino.
El gesto final: una camiseta, un hincha y un mensaje
Después del cruce con los aficionados, Aguerre volvió a su ruta, pero antes de entrar al túnel, protagonizó un gesto que cambió el tono del momento. Se quitó la camiseta y se la regaló a un aficionado que estaba cerca, también en la zona de occidental. El hincha recibió el obsequio del arquero mientras otros espectadores aplaudían el gesto.
Ese acto fue interpretado por muchos como una señal de compromiso y conexión con la hinchada. Aguerre entendió el momento, respondió con respeto y terminó el episodio con un detalle que dejó una imagen distinta a la que se venía generando. El niño, la camiseta y el aplauso espontáneo contrastaron con los reclamos iniciales y cerraron la noche con una sensación más humana.
Aguerre, un líder en momentos difíciles
Desde su llegada al DIM, Washington Aguerre ha mostrado personalidad. En su primer semestre fue clave en momentos determinantes y se consolidó como uno de los líderes del vestuario. Aunque no siempre ha tenido unanimidad en el respaldo de la afición, ha respondido con carácter, profesionalismo y voz dentro del campo.
Lo ocurrido en el Atanasio refuerza esa imagen. En lugar de ignorar el reclamo o caer en provocaciones, eligió dar la cara. No fue una reacción de enojo, sino de alguien que entiende el rol que tiene dentro del grupo y su relación con la hinchada. Luego se retiró dejando un mensaje positivo a través de un gesto sencillo, pero poderoso.
Un partido que dejó más que un empate para el DIM
El 1-1 ante Alianza FC no fue el inicio soñado para el Medellín en la Liga BetPlay II-2025. El equipo aún muestra secuelas de la final perdida y necesita reconectar con su juego y con su gente. En ese contexto, cada detalle cuenta. Lo que hizo Aguerre al final del partido no cambió el marcador, pero sí mostró una actitud que puede sumar en el proceso de reconstrucción emocional del grupo.
Mientras el equipo busca mejorar en lo futbolístico, el liderazgo dentro y fuera de la cancha será clave. Y en ese sentido, el arquero uruguayo dejó claro que no se esconde en los momentos difíciles. Da la cara, escucha, responde y, cuando puede, deja una sonrisa donde antes había molestia. Así fue la noche de Aguerre en el Atanasio: intensa, inesperada y, al final, significativa.