Mi abuelo me contó que en su época, en donde no existía el internet, las redes, ni el color, había un hombre que se erguía rebeldemente en una cancha, de tez negra, se imponía ante todo lo que había visto, y hacía arrodillar, llorar y aplaudir a las personas que se creían superiores a él.
+ Llora el fútbol. Gracias, Pelé y descansa en paz
Mi abuelo me contó que en las canchas de brasil había un hombre que hacía algo diferente, algo nunca antes visto, sus dribles eran fantasía, era algo más cercano a lo teatral que a lo deportivo, sus volteretas sobre el balón, sus quiebres de cintura, la forma en la que enganchaba con su pie derecho, pasándolo detrás de su pierna izquierda y dando un pase como si fuera bailarina de ballet, eran lo más cercano a la clase alta que había visto el viejo.
Mi abuelo me contó sobre un adolecente que fue campeón del mundo y que con descaro rechazó a todos los equipos del mundo por defender los colores del Santos, que lo trataban como un rey, con suficiente justificación, porque cuando tenía el balón, todo era dorado, brillante, preciado y costoso.
Mi abuelo me contó que en una época, el fútbol era una batalla, una guerra sin cuartel en donde el más rudo siempre ganaba, pero entre la refriega, un soldado se reveló, con una juventud casi descarada empezó a cambiar aquella pintura, mostrando magia, creando una nueva forma de tratar a la pelota, una delicada, suave, como a una amante.
Mi abuelo me contó sobre Pelé, como él creó el fútbol moderno,cómo fue tricampeón del mundo, cómo le dio color al fútbol en el 70, como su figura trascendió por todo el mundo sin ser tendencia o ser viral…
AHORA ESTÁN JUNTO
Ahora, Pelé no está, se reunirá con mi abuelo en la eternidad, ojalá le cuente como mi viejo viajó a Brasil para conocerlo y como entre tragos y borracheras, perdió su gran chance de ver al rey, de cómo vibró el mundial del 70 mientras estudiaba y se colaba en un almacén para ver los partidos de Brasil, también de cómo intentó convencer a mi abuela de llamar a uno de mis tíos Edson…
Ojalá, Pelé le firme su camiseta de Brasil, un clásico albino que era su reliquia más preciada, ojalá Pelé y mi abuelo jueguen un rato, que mi viejo le enseñe sus horrible habilidades de dominio del balón, que le mencione su disparatada forma de ver el fútbol, bastante romántica la verdad, pero sobre todo, lo escuche hablar de fútbol, algo que los dos amarían.
Mi abuelo me contó de Pelé, y ahora, están juntos, gracias abuelo, por contarme de Pelé, y gracias Pelé, por darme a mi abuelo.
Para más contenido, noticias y entretenimiento, descarga nuestra App de Futbolete desde la PlayStore para Android o la AppStore para iOS
