Historia del Deporte Femenino
Historia del Deporte Femenino

La historia del deporte femenino y su posición actual como fuente de entretenimiento


Las mujeres y el deporte, sobre todo en los últimos 100 años, siempre brindaron una lucha constante y marcada por obstáculos y prejuicios de una sociedad intolerante que veía a la mujer como un ser que no podía ofrecer la misma calidad en performance y entretenimiento en comparación a los hombres. La misoginia de generaciones pasadas, sin embargo, ha ido disipándose poco a poco con el tiempo, y la actualidad del deporte femenino es muy diferente.

Sin embargo, el camino de las mujeres en el deporte aún tiene un largo camino por recorrer, aunque la ropa deportiva y los tenis mujer puedan apreciarse en todas las tiendas dedicadas al deporte. Después de todo, los deportes siempre tuvieron el propósito de desarrollar y hacer brillar las habilidades y capacidades físicas de los hombres, mientras que las figuras femeninas no tenían ninguna clase de lugar en este ámbito.

Tenis Mujer

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El deporte, un aspecto de la vida negado a la mujer

En la antigüedad, y específicamente en la antigua Grecia, los deportes que también eran conocidos como los famosos Juegos Olímpicos conformaban uno de los pilares más importantes de la cultura en la sociedad de aquellos tiempos. Los hombres aprovechaban estos eventos para demostrar sus grandes capacidades físicas en fuerza, agilidad y rapidez, mientras que las mujeres quedaban relegadas a un espacio ciego.

Las mujeres de aquella era tenían prohibido participar como deportistas de estos juegos y, aunque muchos saben esto, pocos saben que ni siquiera tenían permitido ingresar a los estadios para disfrutar de ellos. Aunque es extraño pensar que esto pudo ser posible en un tiempo teniendo tenis deportivos para mujer en todas las tiendas de deportes, en aquellos años romper una de estas reglas podía implicar la pena de muerte, ¡incluso para las esposas de los deportistas!

Los Juegos Hereos, un avance histórico para las mujeres

Este aspecto daría un giro interesante a principios del Siglo V A.D. con la creación de los Juegos Hereos. Mientras que los Juegos Olímpicos eran dedicados al todopoderoso dios Zeus, los Juegos Hereos, de exclusividad femenina, se llevaban a cabo como una celebración a la diosa Hera, la esposa del dios del relámpago. Ambos tenían lugar cada cuatro años, pero se diferenciaban en que las mujeres competían con ropas.

Los Juegos Hereos se celebraban en el Estadio de Olimpia, al igual que el de los hombres, y se basaban en carreras a pie en las que competían 16 mujeres divididas por grupos de edad, miles de años antes de la creación de tenis deportivos para hombre o mujeres. La diferencia más grande entre una y otra olimpíada era que la de los hombres también tenían deportes de combate.

Las ganadoras de estos juegos recibían coronas de olivo, granadas (símbolo de la fertilidad) y la carne de una vaca que fue sacrificada en honor a la diosa Hera. A su vez, en estos “progresivos” juegos olímpicos se daban danzas corales, así como la elaboración de un peplo para Hera, la cual era una túnica clásica de las mujeres dentro de la comunidad griega de aquellos tiempos.

Con la llegada de la Edad Media estos deportes cesaron de existir, ya que con el avance del cristianismo se empezaron a considerar juegos paganos y, por ende, un pecado. De esta manera, las mujeres volvieron a quedar reducidas a participar solo de las clásicas labores domésticas. Las damas de clases más altas, sin embargo, podían acceder a actividades más “masculinas” como la caza y la equitación.

Aunque existen cientos de historias a través de los años sobre mujeres tomando protagonismo en ciertos deportes, pocas se comparan a los logros que muchas mujeres, a lo largo de la historia, han fomentado para que hoy podamos disfrutar del deporte de la misma manera de los hombres. El brillo estelar de las mujeres en los deportes comenzaría a crecer a partir de la primera década del Siglo XX.

Las mujeres deportistas en el siglo XX

Un claro ejemplo de este fenómeno sería Charlotte Cooper, una tenista británica que se convirtió en la primera campeona olímpica en 1900, ganando el oro en las olimpíadas de París con austeridad y sin la necesidad de utilizar tenis deportivos mujer. De hecho, en las competiciones de tenis, las mujeres competían con vestido, sombrero e incluso una corbata.

Por su parte, Alice Coachman se convirtió en la primera medallista de oro negra en los Juegos Olímpicos de Londres en 1948 en la categoría de salto de altura sin tenis para mujer, una historia que inspiraría a otras mujeres negras del sur de Estados Unidos a dedicarse al deporte. Años después, el número 261 quedaría para siempre en la historia de los deportes gracias a Catherine Switzer.

Catherine Switzer: mujer, rebelde, revolucionaria y deportista

Aunque la participación de las mujeres en los deportes aumentó indiscutiblemente, ellas aún sufrían restricciones injustas que fueron discutidas con ferocidad. Entre esos casos, uno fue el de Catherine Switzer, quien burló las reglas del maratón de Boston de abril de 1967, exclusivo para hombres, y decidió participar aunque lo tenía terminantemente prohibido por la legislación de aquel momento.

Era el maratón más antiguo del mundo, y Switzer logró terminarlo a pesar de los intentos de boicot y la presión de otros deportistas masculinos que llevaban tenis para deporte hombre.

Además de tratarse de la primera mujer que vinculó a la feminidad con las maratones, Switzer también fue protagonista de las primeras imágenes en periódicos alrededor del mundo que mostraban el odio y la negativa que existía a que las mujeres participaran de deportes como este.

El fenómeno de Catherine Switzer no fue una simple tontería o un vago acto de rebeldía, sino que fue un acto que reveló al mundo que la sociedad americana no era tan abierta y avanzada como se creía. A su vez, y sin tenis blancos para mujer deportivos, Switzer dejó en claro que las mujeres merecían un espacio entre los hombres y, sobre todo, para disfrutar de los deportes que quisieran. Este acto, años después, tendría sus repercusiones.

Actualmente, dentro de todas las maratones del mundo, la participación de damas con tenis de moda mujer hacen presencia constante y, en varios casos, son mayoría. Las maratones más populares en el mundo cuentan con una participación media de aproximadamente un 54% de mujeres, por lo que el sacrificio y el mal momento vivido por la gran Catherine Switzer no fue en vano.

Como un punto y aparte a esta mitad de siglo, es imposible no nombrar a la gimnasta Larisa Latýnina, la mayor medallista olímpica de la historia, quien cuenta con nueve medallas de oro en tres Juegos Olímpicos distintos: Melbourne (1956), Roma (1960) y Tokio (1964). En total, posee 18 medallas en el área de gimnasia artística y es considerada una de las deportistas más talentosas de toda la historia mundial.

El triunfo de las mujeres deportistas en las últimas décadas

La cumbre del triunfo deportivo de las mujeres, sin embargo, no llegó hasta varias décadas después. Los deportes que solían ser exclusivamente masculinos no paraban de encontrar a sus pares en las mujeres, como también fue el caso de Lusia Harris en el baloncesto. Harris ganó primero el oro en los Panamericanos de 1975 para luego llevarse una medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Montreal en 1976.

Algunos creen que la creación de la WNBA, o la Asociación de Baloncesto Nacional para Mujeres se debe en gran parte a Harris, debido a sus logros y la manera en la que llegó a inspirar a millones de mujeres. La WNBA nació en 1996 y, hoy por hoy, se conforma por doce equipos femeninos y cuya temporada regular ocurre desde mayo hasta septiembre.

Williams, un apellido eterno para la historia del deporte femenino

Serena Williams, con sus clásicos tenis blancos para mujer, es una de las deportistas más icónicas de la historia del deporte femenino. Es una jugadora de tenis profesional, reconocida por su increíble fuerza física y mental, así como por su indiscutible dedicación y determinación a convertirse en una de las mejores deportistas de todo el mundo (aunque ya para muchos lo es).

Un 14 de septiembre del año 2003, Serena perdió a Yetunde, una de sus hermanas mayores, en un asesinato a sangre fría: un hecho trágico que provocó la unión de su familia y acrecentó sus deseos de convertirse en una deportista profesional. Serena y su hermana Venus comenzaron a practicar tenis en las canchas de acceso público con su padre como entrenador, quién era bastante estricto con ellas.

Cuando tenía apenas cuatro años Serena Williams ganó su primera competencia y, antes de llegar a su primera década de vida ya había participado de 49 torneos de tenis diferentes y ganó 46 de ellos sin dificultades. Se trataba de un récord que nunca antes había sido conseguido por ningún deportista, ya sea masculino o femenino. Aunque la vida de Serena no era sencilla, ella siguió entrenando con su hermana y su padre hasta el cansancio: algo que valió mucho la pena.

En 1991, cuando los tenis deportivos hombre eran más que comunes, pero difíciles de conseguir para las mujeres, el padre de las hermanas Williams decidió alejarlas de las canchas de la pobre ciudad en que vivían debido a la violencia y el racismo al que se enfrentaban todos los días. De esta forma, Serena comenzó a concurrir a una escuela para futuros tenistas controlada por el jugador profesional Ric Micci.

El padre de las hermanas Williams, Richard, logró llegar a un acuerdo en nombre de sus hijas con una importante compañía de ropa deportiva, como blusas o tenis blancos mujer, y a mudar al resto de su familia al estado de Florida. En esta etapa, Serena se convirtió en jugadora profesional de tenis en Septiembre de 1995, a la temprana edad de 14 años y, por un breve tiempo no le permitieron jugar en torneos de la WTA debido a su edad.

En 1997 Serena Williams daría los primeros pasos para convertirse en una de las deportistas más exitosas de todo el mundo. Ese año derrotó a la número dos de tenis, Monica Seles, y luego a la número cinco, Mary Pierce, en el Ameritech Open de Chicago. Aunque en ese torneo fue vencida por la tercera del mundo, Lindsay Davenport, Serena Williams llegó a alcanzar en ese año el puesto número 99 de jugadoras de tenis femeninas.

Serena Williams hoy tiene en su poder 39 títulos de clase Grand Slam, 73 títulos de WTA y cuatro medallas de oro en Juegos Olímpicos: Sidney en 2000, Pekín en 2008, y dos medallas en individuales y dobles en Londres 2012. A su vez, se trata de la única tenista en haber completado el Golden Slam de carrera en las dos modalidades, también llamadas individuales y dobles.

De acuerdo al periodista colombiano Juan Sebastián Rojas Moreno, en un artículo escrito para Señal Colombia, esta tenista nació en Palm Beach Gardens, en el estado de Florida. Serena debió esforzarse desde muy pequeña para alcanzar su sueño y hacerse un hueco en el tenis de alto nivel. Sus inconvenientes familiares y la lucha que vivió contra el racismo la hicieron mucho más fuerte y la llevaron a la posición en la que se encuentra hoy.

Rojas Moreno nos cuenta que, hoy por hoy, Serena Williams mide 1,75 mts de altura y tiene un récord de 858 victorias y apenas 156 derrotas, es decir, un promedio de casi 85% de efectividad. Actualmente, existen tenis para deporte hombre que son mucho más económicos que los modelos inspirados en Serena Williams, aunque la ropa deportiva de ella sigue triunfando en negocios.

El deporte femenino, sobre todo en actividades como fútbol o tenis, está más vigente que nunca. Sin embargo, no se trata de una moda ni nada parecido, sino que es el fruto del esfuerzo de miles de mujeres que quisieron tener un lugar de reconocimiento en los deportes. ¡Mantener ese espíritu vivo depende de todas las deportistas que continúan luchando día a día contra viento y marea!

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