La reciente regulación de las apuestas deportivas en Brasil ha generado un impacto significativo en el fútbol nacional, afectando tanto a los clubes como a los jugadores y aficionados.
La Ley Nº 14.790, promulgada en diciembre de 2023, estableció un marco legal para las apuestas de cuota fija, buscando formalizar una industria que operaba en gran medida sin supervisión.
Motivos para el establecimiento de la regulación
En los últimos años, el mercado de las apuestas en Brasil ha experimentado un crecimiento exponencial, moviendo cifras astronómicas tanto en la legalidad como en la informalidad. Según datos recientes, los brasileños gastaron más de 68.200 millones de reales en apuestas en 2023, lo que refleja un interés masivo en esta industria y sin embargo, junto con este crecimiento, surgieron desafíos críticos relacionados con la regulación, la protección del consumidor y la transparencia en las operaciones.
La implementación de la Ley N.º 14.790 en diciembre de 2023 marcó un punto de inflexión en este sector, siendo que esta normativa no solo busca formalizar las actividades de más de 600 empresas de apuestas online, sino también garantizar un control riguroso para prevenir actividades ilícitas como el lavado de dinero y el fraude.
Además, la introducción de tasas impositivas, requisitos de licencia y auditorías periódicas por parte de la Secretaría de Premios y Apuestas (SPA) está transformando profundamente el panorama del mercado.
Si bien estas medidas están destinadas a profesionalizar y asegurar el sector, también generan interrogantes sobre el impacto real de esta regulación en el fútbol brasileño, uno de los mayores beneficiarios de los ingresos provenientes de las apuestas.
Incremento de patrocinios y recursos financieros
La regulación ha permitido que numerosas casas de apuestas se conviertan en patrocinadores principales de los clubes brasileños. Por ejemplo, el Flamengo firmó un acuerdo con una grande casa de apuestas por R$ 170 millones (USD 34,8 millones) por dos años, mientras que el Corinthians estableció una alianza por tres años, valorada en R$ 370 millones (USD 75,8 millones).
Estos patrocinios han proporcionado a los clubes recursos esenciales para saldar deudas, contratar jugadores y mejorar infraestructuras, elevando la competitividad del fútbol brasileño en el ámbito internacional.
Seguridad jurídica y atracción de inversiones
La formalización del sector de apuestas ha proporcionado seguridad jurídica tanto a los operadores como a los apostadores. Las empresas que cumplen con la normativa pueden operar sin temor a sanciones, brindando a los usuarios la confianza de que sus transacciones están protegidas por reglas claras. Además, se estima que la regulación generará ingresos fiscales significativos y miles de empleos directos, lo cual fortalecerá la economía nacional.
La seguridad jurídica también tiene un impacto directo en el fútbol, el deporte que recibe la mayor cantidad de apuestas, según indica una empresa. Muchas de estas empresas de apuestas ven en los clubes deportivos una plataforma ideal para promocionar sus servicios.
Al operar dentro de un marco legal claro y transparente, los operadores pueden establecer acuerdos de patrocinio con equipos de fútbol. Esto podría resultar en un aumento de recursos para los clubes, lo que potencialmente mejora sus plantillas, infraestructura y programas de desarrollo juvenil.
Teóricamente, este flujo de capital podría beneficiar tanto a los equipos como a la calidad de las competiciones locales, lo que a su vez podría generar un mayor interés entre los aficionados y potencialmente mejorar la percepción del fútbol brasileño a nivel internacional.
Reacciones de los clubes y la sociedad
En noviembre de 2024, treinta clubes del fútbol brasileño emitieron un manifiesto conjunto en defensa de la Ley 14.790/23, subrayando su importancia para la sostenibilidad financiera del deporte y para garantizar un entorno regulado en el mercado de apuestas.
Este comunicado fue presentado durante una audiencia pública convocada por el juez Luiz Fux, del Tribunal Supremo, donde se debatieron los efectos de la regulación de las apuestas deportivas en Brasil.
Según cifras compartidas durante la sesión, cerca del 75% de los principales equipos brasileños cuentan con patrocinadores provenientes de casas de apuestas, lo que pone en evidencia la relevancia de esta industria para el fútbol nacional.
En su declaración, el abogado del Fluminense, André Sica, destacó que la regulación no solo ha formalizado la industria, sino que también ha creado derechos y obligaciones claras para los operadores, apostadores y clubes. Señaló que este flujo financiero se ha convertido en una alternativa crucial para que los clubes puedan reducir deudas, fichar jugadores y mantener la competitividad del fútbol brasileño tanto a nivel sudamericano como internacional.
Equipos como Palmeiras, Corinthians, Vasco da Gama y Flamengo han registrado un aumento significativo de sus ingresos gracias a las alianzas con empresas de apuestas, permitiendo inversiones en infraestructura y desarrollo deportivo.
Sin embargo, mientras los clubes defienden la regulación como un medio para profesionalizar y fortalecer el fútbol brasileño, sectores de la sociedad y algunas autoridades han manifestado preocupaciones sobre el impacto de la proliferación de la publicidad de apuestas.
Estas inquietudes están especialmente dirigidas hacia su influencia en los jóvenes, quienes representan un segmento vulnerable ante el atractivo del juego. Además, organizaciones sociales han señalado el riesgo de un aumento en los casos de ludopatía y endeudamiento personal debido al fácil acceso a las plataformas de apuestas. No por acaso, en Brasil, la ley prohíbe las apuestas deportivas con tarjeta de crédito, una medida implementada para controlar el acceso y reducir el riesgo de endeudamiento excesivo asociado al juego.
Durante la audiencia, el juez Luiz Fux reconoció la necesidad de ajustes en la legislación vigente y entre las posibles modificaciones, se discutieron medidas para regular la publicidad de apuestas, así como la implementación de controles más estrictos para proteger a los consumidores.
En este contexto, los clubes de fútbol siguen firmes en su defensa de la industria regulada, argumentando que el mercado de apuestas, bajo un marco legal claro, no solo impulsa el crecimiento del deporte, sino que también garantiza transparencia y seguridad para todas las partes involucradas.