Sergio Rochet y el fútbol de barrio

Sergio Rochet, arquero uruguayo, fue villano y héroe en cuestión de minutos durante el encuentro contra Ghana. Hizo penalti y luego atajó valiéndose de las tácticas más puras del fútbol de barrio.

Uruguay pasó del temor a la felicidad. Una montaña rusa de emociones en un arranque de partido frenético. Los charrúas tenían la soga por el cuello cuando el árbitro sancionó un penalti a favor de Ghana.

La acción, convalidada con el recurso del VAR, fue penalti. Había falta del arquero uruguayo. Los reclamos sudamericanos no hicieron mella. Decisión tomada y en esa ocasión, decretada sobre los 16 minutos del primer tiempo, parecía que el mundo se le iba encima al cuadro celeste.

André Ayew se paró frente al cobro. Entonces llegó el fútbol de barrio, el del colegio o entre los amigos de la cuadra. Ese fútbol de boquilla, del que más habla y ablanda a su rival a punta de comentarios. A eso apeló Sergio Rochet, quien dejó a un lado el episodio de la falta y se enfocó en sacar de casillas a su oponente.

La estrategia sirvió. Tan mal pateó Ayew, que pareció hacerlo con el talón. Le salió suave, muy cantado y allí Rochet fue gigante. En esa jugada el temperamento de los uruguayos reverdeció. A los empellones, con fútbol y un corazón enorme la selección uruguaya embistió a su adversario, anotándole dos 2 goles para un primer tiempo pleno en emociones.

Sergio Rochet atajó penalti contra Ghana

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