La noticia estremeció al barcelonismo apenas se confirmó. Robert Lewandowski, el máximo goleador del equipo en la temporada y uno de los nombres más determinantes de la plantilla, se perderá la gran final de la Copa del Rey frente al Real Madrid. Una baja sensible, sin duda, pero que no altera una certeza que se ha ido consolidando con el paso de las semanas: este Barcelona de Hansi Flick no depende de un solo hombre.
Lewandowski lesionado justo en el momento más decisivo
El delantero polaco sufrió una lesión muscular en el muslo izquierdo durante los minutos finales del partido frente al Celta de Vigo, y el parte médico del club confirmó que estará entre dos y cuatro semanas fuera de competencia. Se perderá cuatro partidos fundamentales, incluida la esperadísima final copera del sábado 26 de abril.
Con 40 goles en 48 partidos, Lewandowski no solo es el referente ofensivo del equipo, sino también uno de los futbolistas más respetados del plantel. A sus 36 años, sigue compitiendo como un verdadero “killer” del área. Sin embargo, el golpe anímico que muchos anticipaban tras su lesión no parece haber hecho mella en el grupo culé.
Barcelona mantiene la solidez y la convicción
Lejos de caer en el pánico, el entorno azulgrana ha dado muestras de madurez y confianza. Este Barcelona versión Flick ha demostrado que su verdadero poder no radica en individualidades, sino en una estructura colectiva sólida, dinámica y agresiva. El funcionamiento prima por encima de los nombres, y eso queda claro incluso en un contexto adverso como este.
Cuando a Flick le ha tocado reemplazar a Lewandowski, tanto Ferran Torres como Dani Olmo han respondido con creces. Son dos alternativas de jerarquía que entienden los automatismos del equipo y que se han integrado a la perfección cada vez que han sido llamados. Incluso en la ausencia del ‘9’, el Barça cuenta con extremos de elite como Raphinha y Lamine Yamal, quienes por sí solos ya representan una amenaza para cualquier defensa del mundo.
Por tanto, la baja del polaco no altera el favoritismo del Barça para el Clásico. El equipo llega en plenitud futbolística, física y emocional, con una idea clara de juego y con un entrenador que ha logrado instalar un sello propio en menos de un año.
Diferencias marcadas con el Real Madrid
Lo de Real Madrid es una historia distinta. Bajo la dirección de Carlo Ancelotti, el equipo blanco ha dependido en exceso del talento individual. En partidos complejos, son figuras como Vinícius Júnior, Jude Bellingham, Rodrygo Góes o Kylian Mbappé quienes sacan las papas del fuego. La diferencia radica en que si alguno de ellos faltara, el sistema se resentiría. En el Barça, en cambio, la máquina sigue funcionando sin importar la pieza.
Este contraste marca una distancia clave de cara a la final: mientras el Madrid necesita de sus estrellas para sobrevivir, el Barça ha aprendido a imponer su idea sin depender de un solo jugador. La baja de Lewandowski es dura, sí, pero no desestabilizante. Hay confianza interna, hay variantes de calidad y, sobre todo, hay una convicción colectiva que puede hacer la diferencia.
Un adiós temporal, pero no definitivo
Aunque se perderá la final de la Copa del Rey y la ida de la Champions ante el Inter de Milán, Lewandowski podría estar de regreso para la vuelta de las semifinales europeas o, incluso, para un hipotético regreso glorioso en la final de Múnich. El Barça trabaja contrarreloj, pero lo hace con la tranquilidad de saber que no depende exclusivamente del polaco para pelear por los títulos que tiene en juego.
Lewandowski no estará el 26 de abril en el estadio La Cartuja, pero su ausencia no borra la realidad que se ha impuesto en las últimas semanas: el favorito sigue siendo el Barcelona. Y no por tener al goleador de moda, sino por haber construido algo mucho más valioso: un equipo de verdad.