Radiografía de un héroe de fútbol

Radiografía de un héroe del fútbol


“La vida puede pasar toda de golpe por los ojos de alguien”.

Los inicios del jugador, el debut en un equipo del ascenso, ser prematuro, la cara de los referentes del plantel acusando improperios, “Dele, Raúl. Concentre, Raúl. Levantarse temprano y otra vez a comenzar los ejercicios del preparador físico. Una y otra vez. Pelao, usted tiene que mejorar mucho. Transpirar la camisa. El primer dinero. Ayudar a los padres con la pintura de la casa. Elementos de primera necesidad que escaseaban en la vivienda. La vida, toda la vida, pasó por mis ojos”, dijo el ídolo ante los periodistas.

Un astro del balón

Tristemente su existencia alcanzó la debilidad de los mortales: el alcohol y las fiestas.

Esos hábitos sumados a las decisiones erróneas, lo alejaron de las canchas y de quedar como el mejor en la historia de este deporte. Hasta el propio Diego Maradona afirmó que el “Mágico” González fue inimitable. A pesar de eso, hoy su nombre se remonta a leyenda.

Salvadoreño, humilde, el menor de ocho hermanos. Al pequeño Jorge solamente le importaba jugar a la pelota y desafiarse a sí mismo en apuestas de fútbol en William Hill.

Desde los andurriales de los potreros, inventaba jugadas nuevas que deleitaban al resto de sus amigos. Por pura emergencia, fue convocado a la selección salvadoreña donde encontró la clasificación por primera vez en la historia de El Salvador a un mundial de fútbol.

Pronto Europa elogió sus bailoteos. El Cádiz de España lo fichó pagando su pase 7 millones de pesetas. Desplegó perfectos regates. Su invaluable jugada “la culebrita” puso impronta mundial a su refinada figurada.

Alguien participa de los premios

Muchas veces el jugador entra la repartija del premio cuando hay un objetivo a ganar. El equipo sale campeón. Ese premio se divide por lo jugado y después se reparte para los debutantes y utileros, y todos los colaboradores.

Es un momento difícil. La arremetida a veces, se tensa. Se pone sobre el tapete el buen honor del jugador. Menoscabos. Frases hirientes. Alguien dice, “al que quiere celeste, que le cueste”, mirando de costado al jugador más inexperto del plantel, que espera llevarse a su casa una módica amortización por la garra y el sacrificio exhibido día y noche en cada entrenamiento.

Madurar rápido sobre el verde césped

El jugador novato recibe lesiones complicadas. El rival aplica planchas infernales en el pecho con todo el rigor de los botines. “Lastimarse” es un bonito eufemismo en la trayectoria de un debutante.

“Cuando hicimos una radiografía del pelao Raúl sobre su pecho, tenía marcados los botines de un zaguero alemán. Ese mundial de Alemania 74 Raúl padeció bruscas lesiones”, comentaba su preparador físico.

El sueño de primera división

Desde pequeños sueñan consagrarse en la primera división de un club local o extranjero. Desarrollarse, convertirse en figuras, ser reconocidos por la prensa y coreados en las tribunas.

El héroe sueña siempre ser convocado en su gloriosa selección nacional.

Con el correr del tiempo, los ingresos de un jugador, permiten llevar una vida sin privaciones. El jugador provee a su familia y acompaña el desarrollo de sus hijos, y también; siempre que planifique un futuro con inteligencia, verá echar raíces en sus nietos que crecerán sanos y fuertes.

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