La llegada de León XIV al Vaticano no solo ha sido un hecho histórico por tratarse del primer papa estadounidense y con fuerte conexión con Perú. También ha despertado curiosidad en el mundo del deporte, especialmente en el universo futbolero, que ya comienza a buscar puentes que lo conecten con el nuevo Pontífice. ¿Es hincha de algún equipo? ¿Tiene relación con el fútbol profesional? ¿Sigue el deporte como lo hacía su antecesor, Francisco?
Aunque él mismo ha confesado que su verdadera pasión es el tenis, la figura de León XIV ha comenzado a generar especulaciones por las raíces culturales que lo rodean. Hagamos un repaso detallado a los elementos que hoy lo vinculan, directa e indirectamente, con el mundo del fútbol.
León XIV, el papa que prefiere el tenis
A diferencia del Papa Francisco, declarado aficionado del fútbol argentino y simpatizante confeso de San Lorenzo en su país natal, León XIV ha sido claro en su preferencia: le gusta el tenis. En una entrevista reciente citada por Mundo Deportivo, expresó: “Me considero un tenista aficionado. Desde que salí de Perú he tenido pocas ocasiones de practicarlo, así que tengo muchas ganas de volver a la pista”.
Estas palabras marcaron una ruptura con la tradición reciente del Vaticano, donde el fútbol ha estado presente incluso en los discursos papales y en encuentros protocolares. León XIV, sin embargo, no ha hecho comentarios públicos sobre el deporte rey. Pero eso no ha impedido que desde distintos sectores se rastreen sus posibles vínculos con el balón.
Una vida entre Perú y Estados Unidos para el papa León XIV
Robert Francis Prevost nació en Chicago en 1955, una ciudad donde el fútbol ha crecido en las últimas décadas y que alberga al Chicago Fire, club de la MLS fundado en 1997. Aunque no hay pruebas de que sea hincha del equipo, este detalle ha servido para que algunos medios especulen con una posible simpatía por el conjunto rojo.
Sin embargo, el vínculo más fuerte que se le atribuye con el fútbol no viene de Estados Unidos, sino de Perú. Allí vivió y trabajó durante casi 20 años como misionero agustino en Chiclayo, una ciudad del norte peruano donde el fútbol es parte de la vida cotidiana. Según publicó el medio adn40, su paso por el país sudamericano lo habría acercado a Juan Aurich, el equipo más representativo de esa región.
Si bien no hay registro de alguna declaración oficial del Papa sobre ese club, su arraigo con la comunidad de Chiclayo permite imaginar que quizá en algún momento presenció partidos, compartió tertulias futboleras y se empapó del fervor local. En redes sociales y notas periodísticas, incluso ha circulado el rumor de que podría haber simpatizado también con Alianza Lima, uno de los equipos más populares de Perú. Nada oficial.
La respuesta del fútbol a su elección
A pesar de no haberse declarado seguidor del fútbol, el deporte ha respondido de inmediato a su nombramiento. Diversos clubes e instituciones le enviaron mensajes de bienvenida, destacando la relevancia de su figura y su vínculo con Latinoamérica.
Uno de los primeros en pronunciarse fue el FC Barcelona, que le dedicó un mensaje en sus redes sociales y lo felicitó por su elección como nuevo líder de la Iglesia Católica. Por otro lado, el Club León de México se sumó con una publicación que destacaba la coincidencia entre el nombre del club y el del nuevo Papa: “Bienvenido al club, León XIV”.
También la Conmebol se hizo presente con un saludo oficial, resaltando que el nuevo Papa “tiene sangre latina y amor por Perú”. En su publicación incluso acompañaron el mensaje con una imagen de Paolo Guerrero, uno de los máximos ídolos del fútbol peruano, como símbolo de unión entre la fe y el deporte.
Un papado que comienza con otra sensibilidad deportiva
Hasta ahora, León XIV no ha dado señales de que el fútbol vaya a ocupar un lugar central en su pontificado, como ocurrió con Francisco. Pero su historia multicultural, su cercanía con el pueblo peruano y el impacto que ya ha causado en el mundo del deporte hacen pensar que el fútbol, tarde o temprano, también cruzará su camino.
Al tratarse de un líder con raíces en dos culturas futboleras como la peruana y la estadounidense -en crecimiento constante-, no sería extraño que acepte invitaciones, reciba camisetas o bendiga delegaciones deportivas en el futuro. El fútbol tiene la capacidad de unir culturas y romper barreras, algo que también se espera de una figura como la del Papa.
Especulación o cercanía real: lo cierto es que el fútbol ya lo tiene presente
Aunque no existe una relación directa entre León XIV y un club en particular, ni una historia personal ligada al fútbol profesional, la narrativa alrededor de su figura ya ha sido abrazada por el entorno deportivo. No solo por lo simbólico de su elección, sino por las raíces culturales que lo conectan con países donde el fútbol es pasión colectiva.
Hoy, su nombre circula en notas, memes y homenajes futboleros. Sea desde el respeto institucional o desde el afecto popular, el fútbol lo ha hecho suyo. Y aunque su raqueta pese más que el balón, el deporte más popular del planeta no tardará en abrirle una nueva cancha simbólica en la que, tarde o temprano, también será protagonista.