Aymeric Laporte, tras la decepción con Deschamps, destaca en la selección española y afronta interrogantes en la Eurocopa. El año era 2016. Septiembre. El técnico Didier Deschamps convocó a Francia para los partidos contra Holanda y Bulgaria e incluye en la lista a un defensa del Athletic de Bilbao. A sus 22 años, Aymeric Laporte era codiciado por España. Pero el técnico francés decidió adelantarse y llamó al entonces joven defensa. Y aseguró:
“Llamé a Laporte para que pueda jugar. Y lo hará. Sabía que podía ser convocado a España”, dijo Deschamps, en aquella convocatoria.
Laporte no jugó. Fue llamado a filas dos veces más. Y no jugó. Estuvo en el banquillo en seis de los partidos de Francia con Didier Deschamps. Y ahora, ocho años después, viste la camiseta de España, en una semifinal de la Eurocopa. Contra Francia.
Didier Deschamps, en septiembre de 2016, al llamar a Laporte: “Ha llegado su hora”. Laporte es el protagonista principal del acercamiento cultural de algunos jugadores en este clásico de la Eurocopa. Él y Le Normand forman el dúo central titular y destacado de España. Ambos nacieron en Francia. El defensa de la Real Sociedad, sin embargo, está sancionado y no jugará este martes.
Del lado francés, el lateral izquierdo Theo Hernández y el centrocampista Griezmann nacieron en Francia, pero se formaron en el fútbol español. Theo estuvo cerca de defender a la selección española, pero tuvo una oportunidad con el bicampeón del mundo y se consolidó.
Laporte es el único de ellos que ha estado en ambos bandos. Nació en Agen, Francia, y jugó en el Athletic de Bilbao cuando era adolescente. La ascendencia vasca de sus bisabuelos le permitió jugar en el equipo, que sólo acepta jugadores nacidos o con ascendencia de la región.
Su decisión de representar a España ha sido una apuesta fructífera. En un momento en el que España necesita solidificar su defensa, Laporte se ha convertido en una pieza clave. Su experiencia y habilidades han sido fundamentales para el equipo.
Este martes, Laporte enfrentará a su antiguo país en una semifinal crucial. Su desempeño será observado de cerca, no solo por los aficionados españoles, sino también por aquellos que se preguntan qué podría haber sido si Deschamps le hubiera dado más oportunidades.
La historia de Aymeric Laporte es un recordatorio de cómo las decisiones y las oportunidades (o la falta de ellas) pueden cambiar el rumbo de una carrera futbolística.