Deportivo Independiente Medellín apostó por un sistema ambicioso, lleno de jugadores ofensivos, los resultados están a la vista. El Poderoso goleó con doble nueve y dos creativos.
Atacar, atacar y atacar, con precauciones y orden defensivo, pero atacar. Esa debe ser la consigna en el fútbol, porque el fútbol se gana con goles y los aficionados pagan una boleta para disfrutar de un espectáculo.
Hasta ayer el equipo de David González había priorizado el bloque defensivo bajo, a lo sumo medio. No había intentado ser el protagonista del partido, el que llevara el peso del juego.
Se había limitado a aguantar los partidos y buscar ser eficaz generando pocas opciones de gol. Cuando esa es la apuesta, generalmente los resultados no son los mejores.
A David González hay que reconocerle algo importante, es un técnico que no se muere con una sola opción y toma medidas rápidas para corregir cuando entiende que está cometiendo un error.
La racha negativa de cuatro partidos con solo tres puntos obtenidos, en los que se fueron ventajas entre las manos en los últimos minutos, llevaron a David anoche a jugársela por un equipo con pensamiento netamente ofensivo.
Es claro que siempre no se puede jugar con doble nueve y dos volantes creativos, eso no siempre va a dar resultado por la sencilla razón de que al frente el rival también tiene once jugadores con mayor o menor capacidad.
Ser local o visitante también marca diferencia y lo la importancia de lo que se esté jugando también debe ser tomado en cuenta.
Pero hay varias cosas que ayer quedaron comprobadas, Miguel Monsalve está pidiendo a gritos ser titular y además ser el jefe de la creatividad del equipo. Pipe Pardo luce mucho mejor sin tener la responsabilidad de llevar el peso del trabajo creativo, se siente cómodo respaldando a Monsalve.
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Lo otro que es claro es que el doble nueve con Luciano Pons haciendo el trabajo ‘sucio’ y Diber Cambindo aprovechando espacios para definir, funciona muy bien.
Ojalá David se arriesgue a proponer más .
