Daniel Muñoz elevó su cotización por dos razones. Una, el desempeño con el Genk, de Bélgica. Consolidado en la formación titular, con buenas calificaciones y comentarios era difícil no suponer que en algún momento su nombre emergiera en los mercados de fichajes.
Después, a raíz de su intervención en la Copa América, Muñoz despejó dudas, mostró sus reales condiciones y dejó satisfecho a más de un observador, presto a negociar su eventual transferencia.
Por el lateral colombiano se manejó en su momento la opción de la Fiorentina. Partir a la liga italiana, a un club que ya ha tenido buenos antecedentes con los colombianos. Jugadores así, de “flecha larga” por banda, gustan en el cuadro violenta. El pasado reciente tiene a Juan Guillermo Cuadrado.
No es descabellada la opción. Lo saben en el Genk, donde también confían en que su prospecto colombiano aún tiene más por dar. Por ello la decisión en estos momentos pasa por su continuidad en el equipo. Es jugador indispensable para el técnico John van den Brom, a quien no le van a desarmar su estructura.
Fiorentina sigue al acecho. Será más incisivo si no consigue el fichaje del italiano Davide Zappacosta, propiedad del Chelsea, quien figura como primera opción. Si se cae el negocio irán por Muñoz. Sería una ofensiva tan fuerte, que en Bélgica estimarían, ahora sí, la opción de dejarlo partir.
