La imagen fue tan impactante como inesperada. A falta de una acción de juego que anticipara el riesgo, Andrés Felipe Román cayó al suelo en medio de un aparente momento de calma. El lateral de Atlético Nacional esperaba la reanudación del partido ante Santa Fe en el estadio El Campín cuando, de manera repentina, se desplomó, generando un silencio inmediato y un escalofrío generalizado entre los asistentes.
El susto fue mayúsculo. Román quedó tendido durante varios segundos mientras el equipo médico ingresaba rápidamente al terreno de juego. Aunque logró reincorporarse por sus propios medios, la escena no pasó inadvertida. Las alarmas se encendieron de inmediato, no solo por lo sorpresivo del episodio, sino porque inevitablemente trajo de regreso un recuerdo delicado de su carrera: aquel frustrado paso a Boca Juniors en 2021 que se truncó por una preocupación médica relacionada con su corazón.
El momento de Andrés Román en el Campín que encendió las alarmas
Corría un tramo del primer tiempo en el duelo entre Santa Fe y Atlético Nacional por los cuadrangulares de la Liga BetPlay. Andrés Román se encontraba detenido en su posición esperando que el juego se reanudara, cuando de pronto se dejó caer sin mediar contacto con algún rival ni molestia aparente. La reacción de compañeros y cuerpo técnico fue inmediata: sabían que no era un gesto normal.
Tras la atención médica en cancha, el jugador logró levantarse por sus propios medios, caminó por un instante y luego abandonó el campo para no regresar. Si bien siguió el partido viéndolo desde el banco de suplentes en aparente calma, la escena reavivó un capítulo que parecía superado, pero que ahora vuelve a instalarse como tema de conversación.
2021: el diagnóstico que frenó el paso de Andrés Román a Boca Juniors
En febrero de 2021, Andrés Felipe Román era uno de los laterales más destacados del fútbol colombiano. Con buen presente en Millonarios y en la mira de la Selección Colombia, todo estaba listo para que firmara con Boca Juniors. Sin embargo, en la revisión médica, el club argentino detectó un posible diagnóstico de miocardiopatía hipertrófica, una condición potencialmente riesgosa en el alto rendimiento deportivo.
Ambos clubes informaron en un comunicado conjunto que el jugador no superó los estándares médicos requeridos por Boca. Eso bastó para frenar la transferencia y sembrar una gran incertidumbre sobre su futuro profesional.
Las nuevas pruebas que cambiaron el diagnóstico de Andrés Román
En Colombia, Millonarios actuó de inmediato. Andrés Román fue sometido a una serie de pruebas en la Clínica Shaio, reconocida por su experiencia en salud cardiaca. Allí se realizaron exámenes especializados, como electrocardiograma, ecocardiograma, cardiorresonancia y análisis genéticos, para descartar cualquier patología estructural del corazón.
El resultado fue alentador: no se pudo confirmar la miocardiopatía hipertrófica y se concluyó que Román presentaba un corazón de atleta, una condición fisiológica común en deportistas de alto rendimiento que suele confundirse con enfermedades cardiacas. Aun así, por prevención, se le recomendó un periodo de desacondicionamiento físico de tres meses para continuar con análisis complementarios.
El regreso de Andrés Román al fútbol y actualidad con Atlético Nacional
Román superó aquel bache con determinación. Retomó su carrera, se consolidó nuevamente con Millonarios y luego fue fichado por Atlético Nacional, donde ha sido pieza importante tanto en Liga como en torneos internacionales. Además, fue convocado a la Selección Colombia, lo que representó una reivindicación personal y profesional.
Con Atlético Nacional ha acumulado minutos clave, protagonizando una temporada de consolidación. Pero el episodio en El Campín, en un escenario donde era local hace unos años, volvió a poner su salud en la discusión pública. Y no por sensacionalismo, sino por la genuina preocupación que despierta un historial como el suyo.
Lo que sigue para Andrés Felipe Román
Aunque en primera instancia todo terminó siendo un gran susto, seguramente seguirá bajo observación. La escena dejó una sensación de alerta. Para el aficionado y el medio futbolístico colombiano, Román no es solo un buen lateral; es también un ejemplo de resiliencia y superación. Lo que le ocurrió en 2021 fue duro. Lo que vivió ahora es un llamado de atención que no puede tomarse a la ligera.
Por lo pronto, Andrés Román seguirá siendo monitoreado de cerca. Más allá de lo futbolístico, su bienestar personal es lo prioritario. El fútbol le dio una nueva oportunidad hace años. Ahora, el deseo de todos es que pueda seguir disfrutándola sin sobresaltos.