La frase de “van a matar a los futbolistas” por parte de Pep Guardiola, sin tomarla en un sentido literal, tiene sentido. Hay evidencia científica, según la cual los calendarios atiborrados de partidos en una temporada son perjudiciales para la salud de los futbolistas profesionales en todo el mundo.
El Sindicato Internacional de Futbolistas FIFPro se valió de evidencia científica para argumentar cada una de sus conclusiones y propuestas encaminadas a mejorar la integridad física de sus protegidos, sobreexpuesta ante la cantidad de viajes y partidos que afrontan en un año regular. Un estudio con seguimiento de 14 años, con una muestra de 130.000 compromisos es la base para indicar que, por ejemplo, el ratio de lesiones en un futbolista es mayor cuando juega con descansos inferiores a los 5 días de recuperación.
Además, mediante encuestas hechas a los jugadores (más de 500 es la muestra) y toda la evidencia recogida en un informe presentado hace unos días, que coincide con el inicio de las ligas en los principales países de Europa, el 64% de los futbolistas asegura que tienen poco descanso entre cada partido, un 60% afirma que los vuelos afectan la recuperación y un 85% se inclina a favor de fijar un periodo de descanso de 2 semanas a mitad de temporada. Para ellos, jugar entre 50 y 60 compromisos en una temporada sería lo normal.
Según los reportes médicos que aporta la FIFPro, la fatiga de un partido aparece hasta 72 horas después de disputado un compromiso. Además, dentro de los factores que más propician las lesiones están los vuelos y cambios en el huso horario. Una de las recomendaciones en ese sentido consiste en garantizar a los futbolistas vuelos en clase especial para mitigar el riesgo de trombosis (síndrome de “clase de turista).
En la temporada 2018/2019 el futbolista que disputó más partidos en todo el mundo es el coreano Son Heung-min con 78 compromisos. Un tercio de esos juegos fueron en intervalos de tiempo que no superaron los 5 días entre uno y otro. Se trata de un futbolista de élite, que además de jugar con su club atiende los partidos con la selección de su país.
En eso también hay un aparte especial en el reporte de la FIFPro. Distingue entre los futbolistas con más responsabilidades, con aquellos que, siendo profesionales también, solamente tienen partidos a nivel de clubes. Citan el ejemplo del croata Ivan Rakitik, quien solo tuvo 21 de vacaciones por jugar el mundial y sumó un total de 68 partidos. A mitad de curso se le añadió una semana de descansa por el parón navideño.
La contraparte a Rakitic es Marcus Thuram, jugador del Borussia Moenchengladbach, quien contrario a su colega solamente jugó partidos del fútbol alemán, sin competiciones europeas ni a nivel de Selección. En consecuencia, disputó un total de 42 partidos, sus vacaciones fueron de 44 días en el verano, más 9 días adicionales en el parón de invierno.
A partir de estas informaciones surgen las recomendaciones de la FIFPro, enfocadas en prestar una mayor atención a la cantidad de partidos que disputan los profesionales, así como los tiempos de descanso. Será una auténtica lucha, cuyo principal rival es el modelo de negocio actual que tiene el fútbol, basado en muchos campeonatos, ya sea a nivel de clubes o selección. Con la entrada de la venta de los derechos de televisión vino el aumento desmesurado en la carga de partidos. Hoy se juega más que hace unas décadas, consecuencia de incursión televisiva en la transmisiones. Ligas y federaciones ajustaron sus sistemas de juego, con el detrimento para el futbolista de jugar cada vez más.
“Los jugadores cargamos con toda la responsabilidad de toda esta política de calendarios amplios. Ponemos todo el trabajo, nos arriesgamos a lesiones y nadie se da cuenta de que somos quienes tenemos la vida más corta en esta industria”, afirmó el futbolista de origen serbio Subotic.
FIFPro agrega a este informe, que ya es de tradición anual, una serie de recomendaciones que se deberían tener en cuenta por parte de las ligas para proteger la salud de los futbolistas:
– Introducción de descansos obligatorios: cuatro semanas fuera de temporada y dos a mitad de temporada
– Limitar la cantidad de veces por temporada en que los jugadores tienen partidos de competición consecutivos con menos de cinco días de tiempo de recuperación entre ellos
– Considerar la posibilidad de imponer un tope anual de partidos para cada jugador para proteger su salud y su rendimiento
– Desarrollar un sistema de alerta temprana para supervisar la carga de partidos del jugador y ayudar con la planificación anticipada.
