Lo que era una oportunidad para muchos ha terminado en silencio, sin que la mayoría se enterase a tiempo. Más de un millón de personas, según ha estimado el propio IRS, ya no podrán acceder al cheque de $1,400 que correspondía al tercer paquete de estímulo aprobado en plena pandemia. Y no es que se haya extendido el plazo ni que haya margen para reclamaciones de última hora, simplemente se acabó.
El 15 de abril de 2025 marcó el punto final, sin rodeos ni excepción alguna, y todo el dinero no solicitado pasará directamente al Departamento del Tesoro, sin que nadie pueda ponerle la mano encima.
El cheque de estímulo de $1,400 del que muchos se han olvidado
Este pago estaba pensado como parte de la ayuda federal para paliar el impacto económico del COVID, y aunque llegó automáticamente a millones de hogares, otros tantos tenían que solicitarlo mediante su declaración de impuestos de 2021. El problema, claro, es que no todos lo sabían, o no lo hicieron a tiempo, o pensaron que podrían esperar un poco más. Pero no, ya no hay vuelta atrás.
A muchas personas les pasó por la cabeza que, si pedían una extensión para declarar, tendrían también más tiempo para reclamar el cheque. Tiene sentido pensarlo, no suena descabellado, pero no funciona así. El IRS ha sido bastante claro: el plazo para solicitar reembolsos de cualquier tipo, incluidos estos estímulos, es de tres años exactos desde el cierre del año fiscal en cuestión. Da igual si pediste una prórroga o no, porque la fecha límite sigue siendo la misma, sin ajustes, sin margen.
Los límites de reclamación del cheque de estímulo de 1,400$
Una vez pasan esos tres años, el dinero desaparece como si nunca hubiera estado disponible. Técnicamente no desaparece, claro, simplemente vuelve al Tesoro, pero para ti, como contribuyente, es como si lo hubieran borrado del mapa. Y en este caso, ni una carta, ni una apelación, ni una llamada van a cambiar eso.
No todo el mundo podía recibir esos $1,400. El cheque completo solo estaba disponible para quienes en 2021 declararon ingresos iguales o inferiores a $75,000 si se presentaba la declaración de forma individual, o hasta $150,000 si se hacía en pareja.
A partir de esos límites, la cantidad iba reduciéndose poco a poco hasta desaparecer. Y además, se sumaban cantidades por cada dependiente declarado, lo que hacía que algunas familias pudieran haber cobrado cifras bastante más altas, de varios miles incluso.
Lo que tendrías que haber hecho para no perder el cheque de estímulo: lecciones por aprender
La vía oficial para pedir este dinero era incluir el llamado Crédito de Recuperación de Reembolso en la declaración de impuestos de ese año. No había que hacer malabares, ni rellenar formularios extraños, solo asegurarse de declarar correctamente y cumplir los requisitos. El IRS se encargaba del resto, enviando el dinero ya fuese como depósito directo o por cheque en papel, según los datos proporcionados por el contribuyente.
Para quienes sí presentaron la declaración de impuestos a tiempo e incluyeron este crédito, no hay nada de lo que preocuparse. Si se cumplían las condiciones y todo estaba correcto, el IRS ya habrá enviado el dinero, o lo hará si aún está procesando la declaración. En cualquier caso, nadie que haya hecho el proceso bien dentro del plazo se va a quedar sin su cheque, a menos, claro, que ya lo hubiese recibido antes y no le correspondiese una segunda vez.
Beneficio de $1,400 pero hay cheques de menor monto también anulados
También hay que tener en cuenta que no todo el mundo recibió la misma cantidad. Aunque el máximo era de $1,400, mucha gente obtuvo menos porque sus ingresos superaban el umbral, o porque no cumplían ciertos requisitos. En algunos casos, directamente no se pagó nada, y eso generó bastante confusión en su momento, con muchas personas sin entender bien si les correspondía o no.
Según cálculos del IRS, alrededor de 1.1 millones de personas se han quedado sin solicitar el cheque antes de que se cerrara el plazo. Eso representa un total de más de mil millones de dólares que no serán distribuidos entre los ciudadanos, una cifra que no es precisamente pequeña. Y lo más llamativo es que buena parte de esa gente ni siquiera sabía que tenía derecho a pedirlo.