Frustrada la tan mencionada salida del atacante brasilero del PSG, Neymar deberá esperar una temporada más, amparado por una normativa de la FIFA.
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Si Barcelona o Real Madrid, clubes que sonaron con fuerza para quedarse con el atacante brasilero, no lograron el cometido se explica por el precio fijado por parte de PSG: 300 millones de euros, cifra a todas luces impagable. Un exagerado valor que no tenía otro sentido diferente al de conservar al jugador en el campeón francés, así Neymar no estuviese de acuerdo.
Lo que le queda al delantero, asesorado por sus representantes, es aguardar un año más, sin negociar alguna extensión en su contrato con el PSG. Cabe anotar que el jugador no tiene una cláusula de rescisión, pero a partir del 2020 sí se puede fijar un valor de indemnización al club francés, sustentado en una reglamentación de la FIFA.
La “jugada” es así: El Reglamento sobre el Estatuto y la Transferencia de Jugadores de la FIFA dice que si un futbolista cumple 3 años en un club con el mismo contrato que tenía desde su llegada, se puede marchar, protegido por una cláusula. El PSG recibirá un pago, pero bajo ninguna circunstancia será la cantidad que ellos indiquen. La misma FIFA establece ese valor, apoyada en algunas fórmulas, según las cuales el precio que garantizará su libertad sería por el orden de los 170 millones de euros.
Llegado el verano de 2020, si Neymar lo pide, la FIFA procederá y solo de esta forma podrá salir legalmente del PSG. Para entonces el club interesado en sus servicios ya sabrá lo que costará la adquisición del jugador.
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