Celebrar un gol al antiguo equipo. Muchos lo censuran. Besar el escudo de la camiseta, sinónimo de aprecio y fidelidad, aunque muchas veces se ha tomado en el sentido opuesto, desdibujando el real sentido de este gesto. Diego Forlán solo lo hizo con dos camisetas de todas las que vistió a lo largo de sus 21 años de carrera deportiva.
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Ni siquiera si fue con un club con el cual tuvo un rendimiento tan sobresaliente, que terminó como uno de los máximos artilleros de su historia. Tampoco si el hecho de negarlo le significara reprimendas de sus seguidores y hasta silbidos. Ni siquiera sus goles apaciguaron las críticas de un sector de aficionados.
La historia tiene que ver con el paso exitoso del ariete uruguayo por el Atlético de Madrid, equipo que lo fichó en el 2007 a cambio de 21 millones de euros, siendo la mayor transferencia de su carrera deportiva. Hubo un momento en el cual la relación con los hinchas se enfrió, debido a su negativa por besar el escudo del cuadro Colchonero.
No lo hizo. Sencillamente es algo que no le nació y solo realizó con sentimiento cuando vistió la camiseta de Peñarol, equipo del cual es hincha desde niño, y con la Selección de Uruguay, la llama de su inspiración y con la que supo brillar en Sudáfrica 2010 como goleador y mejor jugador del certamen mundial.
En ese momento complicado, Diego Forlán explicó públicamente el porqué de su negativa a besar el escudo del Atlético de Madrid, aún si con estas declaraciones, en lugar de tranquilizar los ánimos, los terminara de caldear más de lo que ya estaban.
“Faltaría el respeto a la afición, porque no soy hincha rojiblanco. Sólo besaría el escudo de Peñarol y de Uruguay”.
Diego jamás cambió de parecer. Al final de cuentas, entendió que en el fútbol los hinchas a veces piensan que por el simple hecho de pagar una boleta les da el derecho de exigir y pedir cuanta cosa pase por sus cabezas.
“La gente tendrá sus razones. Todo el mundo tiene sus problemas y el fútbol es el psicólogo más barato, y lo seguirá siendo toda la vida conmigo y con otros jugadores, porque la gente paga una entrada y se la agarra con el que sea”, explicó.
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Con el paso de los años esa animadversión se diluyó y ahora, con 4 décadas de vida y los recuerdos imborrables de una trayectoria deportiva construida con aplomo, Forlán aparece considerado como uno de los grandes ídolos extranjeros en la historia del Atlético de Madrid.
