Fueron 11 meses los de Hernán Darío Gómez en su segundo ciclo como entrenador de la Selección de Ecuador. Entre resultados adversos y problemas internos, el técnico colombiano se marchó por la puerta de atrás.
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El balance deportivo fue limitado. Ocupó el puesto 11 entre 12 selecciones que compitieron en la Copa América de Brasil, certamen en el que el seleccionado ecuatoriano cayó contra Chile y Uruguay, mientras que en la última fecha de la ronda de grupos empató contra Japón. Gómez siempre manifestó que su objetivo principal eran las Eliminatorias, pero este desempeño fue uno de los detonantes en la crisis.
En los 10 juegos restantes, todos de carácter amistoso, los ecuatorianos perdieron tres, empataron tres y ganaron cuatro. Las críticas de fondo señalaban al plantel y técnico por no tener una idea clara de juego. Cuestionamientos que derivaron en divisiones entre ‘Bolillo’ y un sector de la prensa deportiva. Los hinchas tampoco quedaron conformes y menos cuando se desató otro de los líos controvertidos: Indisciplina.
Antes de la reunión en la Federación Ecuatoriana de Fútbol donde se tomó la decisión de negociar la salida de Bolillo Gómez, con contrato durante 4 años y una cláusula hasta 2022 en caso de clasificarse al Mundial de Catar, se destapó el escándalo. Seis jugadores del equipo que compitió en la Copa América hicieron una fiesta en el piso 17 del hotel, donde se hospedó el seleccionado durante la noche posterior a la eliminación.
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Hernán Darío Gómez siempre defendió su posición de técnico, sin desconocer que en algún momento su permanencia en el seleccionado sería puesta en duda, al punto de terminar con su salida. “Pongan el que quieran, porque va a ser el mismo irrespeto y el mismo maltrato (…). Están pidiendo resultados donde todavía no se pueden dar (…). ¿Yo soy el único culpable o qué? Si yo soy el más nuevo”, fue una de las explicaciones de Hernán Darío.
Pese a la crisis y ciertas voces de respaldo en algunos directivos, su posición estaba en riesgo. No tenía la credibilidad de antes. Despedirlo, una opción. ¿Pero cómo? El principal inconveniente que tenían en la Federación Ecuatoriana era el pago de la indemnización. Un dineral, dado que por cada año de los cuatro que se pactaron en su contrato la suma era de USD 1,3 millones, incluyendo a sus asistentes.
De allí que su salida no fuera rotunda, sino un mensaje claro de la intención que se tiene de negociar con el entrenador el pago de esos años pendientes. De acuerdo con un reporte que sobre este tema hizo el diario El Comercio, los 11 meses de Gómez al frente de la Selección de Ecuador costaron USD 1’ 513.940. Más minuciosos aún, cada uno de los partidos dirigidos por él equivalen a USD 80 496,5.
Después de haber sido el técnico que clasificó por primera vez a Ecuador a una Copa del Mundo, hito que logró con otro seleccionado (Panamá), la segunda etapa de Hernán Darío terminó en medio de la turbulencia, despedido por la puerta de atrás.
