¿Se terminó el amor? La opinión pública, que hasta hace un par de meses le aprobaba todo al Bolillo, hoy es muy crítica con el DT de Junior.
Él llegó enamorando. Dijo que había soñado toda su vida con una oportunidad para dirigir a Junior, que amaba Barranquilla y que trabajaría para devolver al equipo a los puestos que se merecía. De cierta manera lo hizo. A medias, más bien. Si bien sumó muchos puntos, no clasificó a cuadrangulares teniendo un calendario favorable y la realidad es que se estaba jugando bastante mal.
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Sin embargo, el hecho de agarrar y competir con una nómina ajena tuvo su mérito. Un poco eso exhimió de culpas a Hernán Darío Gómez, que para este semestre sí tiene la responsabilidad de armar algo más sólido y atractivo. Pero claro, la estética nunca ha ido de la mano con su propuesta de juego. Para él todo es orden, disciplina, el ser obreros. Con ese discurso se ha ganado adeptos en Barranquilla. El tema es que también la dialéctica se le va agotando.
Lo que se vio en el debut de Junior en la Liga BetPlay fue pésimo. No jugó como un club grande, salió a defenderse en el Metropolitano. Eso para la afición es imperdonable. Se puede perder, sí, pero hay que cuidar las formas. Y tanto las maneras futbolísticas como las relacionales (lo que pasó con Viera, Bacca y Quintero también ha generado cierto desgaste en el ambiente) de Gómez son… mejorables.
Bolillo está a tiempo de corregir. Pero por más respaldo que tenga de la junta directiva, el cuadro rojiblanco es una caldera de la que no te salvas sólo con verso. Lo que se ve en la cancha debe transmitir algo positivo. El encantamiento se agotó. Al DT ya lo miran con otros ojos y ahí ya es otra la dinámica.
Mi pregunta y la respuesta de Hernán Darío Gómez en la rueda de prensa de anoche. Quiero creer entonces que Junior va a encontrar pronto esas variantes para «jugar» más. Quiero creer… pic.twitter.com/y0Yu9KmGci
— Santiago Cantillo (@inventediez) July 16, 2023
