Cuando un equipo entra en una racha negativa en la que no encuentra el triunfo, lo primero que se afecta es la cabeza del jugador. La salud mental dentro de la dinámica de un equipo es fundamental para lograr los objetivos.
Después de perder tres oportunidades consecutivas en el Atanasio Girardot, dos por Liga Bet Play y una por Copa Libertadores, el ánimo no está bien en la interna del equipo.
Fueron tres empates en línea, todos con el mismo resultado, 1 a 1 y todos con el mismo guión. Independiente Medellín jugó bien un tiempo y muy mal el otro tiempo y en dos de los tres partidos terminó resignando goles en la agonía de los partidos.
En los tres encuentros los goles de los rivales llegaron por errores puntuales de falta de concentración y mala toma de decisiones de los jugadores.
En el cuarto partido de la mala racha, una vez más el equipo empezó ganando y terminó perdiendo en el último minuto. Para completar el mal momento, en cada uno de estos cuatro partidos el Poderoso perdió un jugador clave por lesión o expulsión.
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Este es el concepto de David González acerca del tema:
«Lo normal de un plantel que está buscando una victoria desde hace varias fechas y no lo consigue. Es normal estar preocupado, estar tocado.
Eso mismo hace que el plantel esté con toda la intención de salir a la cancha y tratar de darlo todo para ganar. Pero tampoco podemos decir que toso es alegría y todo es felicidad porque obviamente estamos en una situación apremiante.
Nosotros necesitamos puntos y necesitamos victorias con urgencia y para eso para lo que estamos trabajando«.
