El Grupo A de la Eurocopa cerró la programación de su fecha inicial, con empate de Suiza sobre Gales en Azerbaiyán.
Después de un bostezo largo y pronunciado, el gol. Primer tiempo y cuatro minutos del completo pasaron para la aparición del tanto que tanta justicia hizo por el esfuerzo de Suiza sobre una muy endeble selección de Gales.
Hasta ese momento el chaparrón lo soportó el equipo cuyo capitán fue Gareth Bale. Una y otra vez las embestidas de Suiza abrieron grietas profundas en el sistema defensivo de su rival. De tanto golpear, alguna debía ingresar al fondo de la red y por la vía del tiro de esquina Breel Embolo, jugador al que habitualmente se le ve en el club Borussia Mönchengladbach, marcó el primer tanto.
El gol que rompió las cadenas del soporífero empate sin goles, que hasta ese momento invadía el Estadio Olímpico de Bakú, en Azerbaiyán. Suiza, hasta esa instancia en rol de dominador absoluto, pasó algunas dificultades por cuenta de un reactivo equipo de Gales, cuyo tanto en contra fue el revulsivo ideal contra su pacata propuesta de la etapa inicial.
Los mejores minutos del partido fueron los que se jugaron tras el 1 – 0 del combinado helvético. Suiza, profunda con la velocidad de Embolo, jugó al espacio. Gales, en cambio, agredió con sus líneas adelantadas y aperturas del juego sobre los costados.
La vía aérea resultó siendo el camino más prolijo para llegar al gol. Gales lo aplicó a rajatabla, atacando con más severidad, conforme pasaban los minutos. Su nivel de confianza lo llevó a equilibrar las cargas con Kieffer Moore, centrodelantero, corpulento e imbatible en una acción de centro en el área. Eludiendo con sus movimientos cualquier marcaje llegó con libertad al tanto de la igualdad, mediante un cabezazo tan medido como potente.
La resignación por el triunfo que se le escapaba a Suiza y el ímpetu de Gales, que por cuenta de la igualdad se envalentonó por un mejor desenlace, llenó de emotividad el epílogo. Suiza tuvo dos inmejorables oportunidades de salir vencedor, de las cuales una fue censurada por el VAR. Gales se refugiaba y con el contragolpe buscó sin éxito un resquicio ganador.