El delantero senegalés Sadio Mané vuelve a dar ejemplo. No interesan los millones de euros que gana, ni que él sea el futbolista más valioso de su selección, líder y referente cuando se trata de ayudar. Todos somos iguales.
De esta forma el jugador demostró que en el equipo hay que ayudar como tal, desde el arquero hasta el último de los utileros. Por eso, tras bajar del bus oficial de su seleccionado, no tuvo ningún reparo en ayudar a cargar agua. Sujetó algunos paquetes, demostrando cordialidad con la persona encargada de esa labor.
Mientras que sus demás compañeros bajaban normales, cada quien en lo suyo, Mané hizo lo opuesto. Bajó, se dio cuenta que podía dar una mano y lo hizo. Por ese gesto ha sido merecedor de muchos comentarios halagadores.
Este comportamiento de Mané sencillamente ratifica lo que él mismo ha pregonado: Humildad, ayudar al necesitado. Va en sintonía con unas declaraciones suyas en las cuales manifestó que más allá de tener todo tipo de lujos, lo que más le gusta es ayudar a los más necesitados en su país natal, donde vivió en extrema pobreza.
“¿Para qué quiero 10 coches Ferrari, 20 relojes con diamantes y dos aviones? ¿Qué haría eso por el mundo? Yo pasé hambre, trabajé en el campo, jugué descalzo y no fui al colegio. Hoy puedo ayudar a la gente. Prefiero construir escuelas y dar comida o ropa a la gente pobre”, mencionó el delantero del Liverpool en aquella oportunidad durante un diálogo con TeleDakar.
Mané ha dado donaciones para la realización de varias obras sociales. Ha construido escuelas, un estadio, proporcionó ropa y alimentos para personas y familias que viven en situaciones bastante complejas. “Doy 70 euros al mes a todas las personas en una región muy pobre de Senegal para contribuir con su economía familiar”.
