En los últimos días, ha empezado a circular una idea que ha generado tanto entusiasmo como escepticismo: la posibilidad de un cheque de estímulo de hasta 5.000 dólares, apodado “cheque de estímulo DOGE”. La propuesta ha cobrado fuerza en redes sociales y ha dado pie a todo tipo de opiniones, pero la realidad es que aún está lejos de convertirse en algo concreto.
La base de esta idea es sencilla en teoría: parte de los ahorros generados por el gobierno al reducir gastos se destinarían a los contribuyentes en forma de un estímulo económico. Aunque el presidente Donald Trump ha mencionado el tema en algunas declaraciones, no hay una propuesta formal ni un plan en marcha.
¿En qué consiste el cheque de estímulo DOGE?
El planteamiento gira en torno a la creación del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), un organismo que se encargaría de optimizar el gasto público. Según lo que se ha difundido, una parte de los fondos ahorrados se devolvería a los ciudadanos en forma de un pago directo.
La propuesta menciona que el 20 % de esos ahorros iría a los cheques de estímulo, otro 20 % se usaría para reducir la deuda nacional y el resto se mantendría en el presupuesto federal para otros fines. Todo esto suena interesante, pero todavía no hay un marco legal que lo respalde.
Este es uno de los puntos más polémicos. Según la información que ha circulado, los beneficiarios serían aquellos contribuyentes con ingresos netos positivos, es decir, los que pagan más impuestos de los que reciben en ayudas gubernamentales.
Esto significa que muchas personas con bajos ingresos quedarían fuera del programa. De hecho, quienes ganan menos de 40.000 dólares anuales probablemente no calificarían, ya que un gran porcentaje de ellos no paga impuestos federales sobre la renta. Este detalle ha generado bastante debate sobre la equidad de la propuesta.
¿De dónde saldría el dinero del cheque de estímulo DOGE?
El Departamento de Eficiencia Gubernamental estima que podría recortar unos 2.000 millones de dólares en gastos federales. Con ese ahorro, se calcula que se podría financiar un cheque de estímulo de hasta 5.000 dólares por contribuyente, lo que beneficiaría a cerca de 79 millones de hogares.
Sin embargo, no se han dado detalles sobre qué partidas presupuestarias se reducirían para lograr este objetivo. Sin un plan legislativo bien definido, llevar a cabo un programa de esta magnitud sería un desafío considerable.
Hasta el momento, Trump no ha respaldado oficialmente la propuesta, aunque ha dejado abierta la posibilidad de considerar algo similar en el futuro. A pesar de ello, sin el apoyo del Congreso y sin un proyecto sólido en marcha, todo sigue siendo pura especulación.
¿Tiene posibilidades reales de aprobarse este pago de DOGE?
Para que esta idea se convierta en realidad, necesitaría el respaldo del Congreso y tendría que integrarse dentro de un paquete de medidas económicas. Por ahora, no hay señales de que esto esté ocurriendo. Además, la exclusión de las personas con menores ingresos podría generar oposición y debate dentro del ámbito político, lo que dificultaría aún más su viabilidad.
El llamado cheque de estímulo DOGE es una propuesta que ha captado la atención del público, pero que sigue siendo solo eso: una idea sin base legislativa ni un plan concreto detrás. Redistribuir los ahorros gubernamentales de esta manera puede parecer atractivo para ciertos sectores, pero su aplicación real enfrenta demasiados obstáculos. En definitiva, por ahora no hay indicios de que este cheque vaya a materializarse en el corto plazo.
