Hace poco, salió a la luz un problema bastante serio en la base de datos del Seguro Social en Estados Unidos. Un error de esos que te hacen arquear una ceja. Según un informe que ha dado de qué hablar —y que cuenta con el respaldo de Elon Musk— más de 20 millones de personas que oficialmente deberían estar muertas siguen recibiendo sus pagos del Seguro Social. Gente que, en teoría, lleva años sin estar entre nosotros, pero que en los registros sigue viva y cobrando mes a mes.
Este hallazgo ha encendido todas las alarmas y ha puesto en marcha una investigación oficial liderada por el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE). La gran pregunta es: ¿cómo pudo pasar algo así sin que nadie se diera cuenta antes?
Un fraude de millones: el escándalo del Seguro Social
Elon Musk, que no es precisamente alguien que se quede callado, sacó el tema en su cuenta de X. Habló de un agujero en la base de datos del Seguro Social que está permitiendo que miles —o más bien millones— de pagos sigan saliendo a cuentas de personas que, en la práctica, ya no existen.
Pero la cosa no acaba ahí. Entre los registros, hay gente con edades imposibles. No hablamos de casos de longevidad extrema, sino de cifras que parecen sacadas de un cuento. Algunos supuestos beneficiarios tienen más de 130 años. Otros, más de 360. Sí, has leído bien.
¿Cómo ha podido ocurrir algo así?
El Seguro Social, en teoría, tiene sistemas para evitar estos errores. Pero parece que no han funcionado del todo bien. El problema, según se ha descubierto, viene de lejos. Desde hace años, la base de datos no se ha actualizado correctamente, sobre todo con las muertes que ocurrieron antes de que todo se digitalizara.
Un informe interno de la Administración del Seguro Social (SSA) ya detectó algo raro en julio de 2023. En aquel momento, se calculó que casi 19 millones de personas con más de 100 años seguían registradas como beneficiarias activas. Y no porque hayan descubierto el secreto de la inmortalidad, sino porque, simplemente, nadie se encargó de actualizar sus datos.
Beneficiarios que, en realidad, no existen
Dentro de este grupo de “centenarios”, hay casos todavía más llamativos. Según el informe, cerca de 4 millones de personas figuran con edades entre los 130 y 139 años. Otros 3.5 millones aparecen con edades entre los 140 y 149. Y, como si fuera poco, hay más de un millón de personas que, supuestamente, tienen entre 150 y 159 años.
Por supuesto, las estadísticas oficiales del Censo de EE.UU. dejan claro que algo no cuadra. No hay manera de que haya tantas personas alcanzando esas edades. Todo apunta a que se trata de registros de personas que fallecieron hace mucho, pero cuyos datos nunca se eliminaron del sistema.
Lo más surrealista es que entre estos casos extremos, hay uno que rompe todos los récords. Una persona que sigue registrada como viva, pero que según los archivos tiene más de 360 años.
¿Qué impacto tiene este fraude en el sistema?
Aquí está el verdadero problema. Nadie sabe exactamente cuánta plata se ha perdido en estos pagos erróneos. Pero si hablamos de más de 20 millones de beneficiarios fantasma, las cifras pueden ser astronómicas.
El Seguro Social es uno de los pilares del presupuesto federal y cualquier desajuste pone en riesgo su estabilidad. No es solo una cuestión de dinero perdido, sino de lo que eso significa para quienes realmente dependen del sistema.
Además, esto deja en evidencia que hay fallos en la forma en que se revisan y actualizan los datos. Si nadie se dio cuenta de este descontrol hasta ahora, ¿cuánto tiempo ha estado ocurriendo? Y, peor aún, ¿cuántos otros fraudes similares podrían estar pasando desapercibidos?
¿Qué se está haciendo para arreglarlo?
El Departamento de Eficiencia Gubernamental ya está investigando cómo es posible que estos pagos sigan ocurriendo. La SSA, por su parte, ha reconocido el problema y ha asegurado que ya estaban al tanto de la existencia de estos registros incorrectos.
Ahora, el foco está en actualizar la base de datos y depurar los registros de personas fallecidas. La clave es asegurarse de que el dinero vaya realmente a quienes deben recibirlo. También se está revisando cómo mejorar los controles y la verificación de datos para que este tipo de situaciones no vuelvan a ocurrir.
¿Qué pasará con los beneficiarios actuales?
Para quienes reciben su cheque del Seguro Social cada mes, este escándalo podría significar complicaciones. Si el sistema está tan desajustado, podría haber retrasos, recortes o revisiones más estrictas que afecten a quienes realmente necesitan esta ayuda.
Al final, este hallazgo ha puesto sobre la mesa una realidad preocupante. Si millones de pagos indebidos han seguido fluyendo sin que nadie lo notara, ¿qué otras irregularidades podrían estar ocurriendo dentro del sistema? Mientras las autoridades intentan poner orden, lo que queda claro es que hace falta una reforma seria para garantizar que el Seguro Social funcione de manera eficiente y justa.