En Connecticut hay movimiento. Algo se está cocinando, una idea que, si llega a salir adelante, podría suponer un pequeño giro para muchas familias. Se está hablando de un crédito tributario por hijos, una especie de empujón económico que pondría hasta 600 en el bolsillo de quienes tienen menores a su cargo. Dicho así, puede parecer una propuesta más, pero lo cierto es que el debate está ya bastante encendido entre los legisladores del estado.
Y no es para menos. No estamos hablando de una ayuda puntual ni de una medida temporal como las que vimos durante la pandemia. Aquí la idea es establecer algo fijo, algo que permanezca en el tiempo. Una ayuda anual que, sin hacer milagros, alivie un poco el coste de criar a un hijo. Porque entre vivienda, alimentación, ropa, libros, extraescolares… todo suma. Y a veces, a fin de mes, no cuadra.
Así será el crédito tributario por hijos de Connecticut
Hay varias propuestas sobre la mesa. Algunas son más ambiciosas y otras un poco más conservadoras, como pasa siempre. Una de ellas plantea dar directamente $600 por menor cada año. Dinero contante y sonante que recibirían también las familias que, por sus ingresos bajos, no tengan que pagar impuestos. Es decir, reembolsable. No importa si no pagas, te lo ingresan igual si cumples los requisitos. Suena bien, ¿no?
Otra opción es ir poco a poco. Empezar, por ejemplo, con $150 el primer año e ir subiendo hasta llegar a esos $600. La lógica detrás es no forzar las cuentas del estado de golpe y ver cómo responde el sistema. Es como si alguien te dice: “Mira, mejor empiezo con un pasito pequeño y si va bien, ya me lanzo”.
Y claro, aquí empiezan las diferencias. Hay quien piensa que esto no puede esperar, que la situación de muchas familias es ya lo bastante complicada como para ir con cuentagotas. Pero también están quienes piden cautela, sobre todo por cómo está el panorama económico general. Que no es el más estable, precisamente.
El crédito tributario por hijos es para estás personas
El propósito de este crédito tributario por hijos está bastante claro: aligerar la carga que supone criar hijos. Porque no es ningún secreto que los precios están por las nubes. Y lo básico, lo de todos los días, es cada vez más caro. Por eso, esta medida se plantea como un pequeño colchón, algo que permita llegar un poco más tranquilos a final de mes.
Lo bueno es que el dinero llegaría de forma automática, a través de la declaración de impuestos. Sin necesidad de solicitar nada complicado ni de pasar por procesos eternos. Si cumples con los límites de renta y tienes hijos, te llega. Fácil. Y sobre todo, accesible para quienes suelen quedarse fuera de otras ayudas, esos que están justo en el límite: ni lo bastante pobres para acceder a ayudas sociales, ni lo bastante holgados para respirar.