Hay quienes piensan que tener una cuenta abierta en el banco es suficiente para que el dinero esté a salvo. Y lo cierto es que sí… pero solo hasta cierto punto. Porque, aunque tengas saldo, si no haces ningún movimiento durante un periodo largo, el banco puede marcar esa cuenta como inactiva. Y si la cosa se alarga, puede llegar incluso a considerarla abandonada. En ese momento, no solo te pueden bloquear el acceso, sino que podrían enviar tu dinero al estado. Así, sin más.
Bank of America ha empezado a mover ficha en este sentido. Ha iniciado una campaña para advertir a quienes llevan tiempo sin utilizar sus cuentas. Lo está haciendo con avisos directos, tanto por correo electrónico como a través de su app. El mensaje es claro: si no hay señales de vida, toca cerrar. O, mejor dicho, transferir los fondos al organismo estatal que gestiona propiedades no reclamadas. Es legal, sí. Y es más común de lo que se piensa.
Por qué Bank of America cerrará cuentas inactivas
No se trata solo de no sacar dinero. Ni de no hacer transferencias. Hay veces en que ni siquiera mirar el saldo durante tres años puede bastar para que tu cuenta entre en riesgo. El estándar más utilizado en estos casos es el de tres años sin movimientos “significativos”. Y ojo, porque eso lo decide el banco según las normas del estado donde esté registrada la cuenta. Es decir, no siempre es igual.
Lo normal es que Bank of America intente contactar contigo antes de que esto ocurra. No van a cerrar nada de golpe ni de un día para otro. Pero si no respondes, si no actualizas tus datos o si simplemente no haces ningún gesto que indique que sigues ahí, entonces empieza el proceso. Y una vez que el dinero pasa a manos del estado, aunque no lo pierdas, recuperarlo ya no es tan sencillo.
Qué tipo de cuentas bancarias pueden ser cerradas por inactividad
Parece extraño, pero pasa más de lo que uno creería. A veces abrimos una cuenta secundaria para un objetivo concreto, dejamos un pequeño saldo y nos olvidamos. O tenemos una cuenta conjunta con un familiar, que luego deja de usarse. También ocurre con cuentas antiguas, de bancos en los que ya no operamos, pero que siguen abiertas. Al final, no forman parte del día a día y acaban pasando al olvido. Hasta que llega el susto.
Y no solo afecta a cuentas corrientes o de ahorro. También entra en juego cualquier producto financiero que lleve tiempo sin actividad. Desde certificados de depósito hasta cajas de seguridad, pasando por cheques emitidos y nunca cobrados. Todo lo que no se toca ni se reclama acaba entrando en el radar de lo que se considera “abandonado”.
¿Qué tienes que hacer para mantener tus cuentas bancarias activas?
El truco es sencillo: haz algo, lo que sea. Un ingreso, una compra con la tarjeta asociada, una transferencia a otra cuenta. También basta con entrar a consultar el saldo desde la app o la web del banco. Eso ya muestra que estás ahí. Que no te has olvidado. Y que no quieres que tu cuenta acabe siendo tratada como si nadie la reclamase.
Otra cosa importante es mantener los datos al día. Si cambias de dirección o de número de teléfono, notifícalo. Porque si el banco intenta avisarte y no puede localizarte, tampoco tiene muchas opciones. En ese caso, acaba haciendo lo que está obligado a hacer por ley.
Este movimiento de Bank of America no es aislado. Está ocurriendo en otras entidades también. Citi, Wells Fargo y otros grandes bancos estadounidenses han empezado a revisar más a fondo sus cuentas dormidas. En parte porque las leyes así lo exigen, y en parte porque hay más riesgos ahora. Las cuentas inactivas son un blanco fácil para fraudes y accesos no autorizados. Si nadie las vigila, es más fácil que se usen de forma indebida.
Cómo funcionan los avisos del banco antes de suspender tu cuenta bancaria
Sí, Bank of America avisa antes de tomar medidas. Pero no deberías confiarte. Porque el aviso puede llegar y perderse. O no verlo a tiempo. O ignorarlo pensando que no es tan importante. Y para cuando te das cuenta, ya no puedes entrar a tu cuenta. O tienes que iniciar un proceso para recuperar tu dinero desde cero.
Por eso lo mejor es tomar la iniciativa. Revisa tus cuentas, aunque creas que no las necesitas. Haz algún movimiento de vez en cuando. Y confirma que el banco tiene tus datos actualizados. A veces bastan dos minutos para evitar un problema de semanas. O incluso de meses.
Porque sí, dejar una cuenta sin tocar puede parecer inofensivo. Pero si pasa demasiado tiempo, las consecuencias son reales. Y no hacen distinción entre olvidos y decisiones. La cuenta se cierra igual.