Desde el viernes pasado, la Administración del Seguro Social (SSA) ha decidido dejar de procesar solicitudes para cambiar el marcador de sexo en sus registros. No ha habido anuncios oficiales ni comunicados a gran escala, pero sí una directiva interna que ya está en marcha. Esto afecta directamente a quienes quieran modificar este dato en la base de datos federal de la agencia.
Este cambio se alinea con una orden ejecutiva emitida durante la administración de Donald Trump, llamada «Defendiendo a las mujeres del extremismo ideológico de género y restaurando la verdad biológica en el gobierno federal». En ella se establece que solo hay dos sexos: masculino y femenino, determinados por las células reproductivas que produce una persona en la adultez.
¿Por qué la administración del Seguro Social se ha tomado esta decisión?
A partir de esto, las agencias federales han tenido que ajustar sus políticas para lo que llaman «la realidad biológica del sexo», lo que implica dejar de reconocer legalmente a personas trans y no binarias en este tipo de registros.
El cambio implica que la SSA ya no permitirá modificaciones en el sistema NUMIDENT, una base de datos que almacena información personal como nombre, fecha de nacimiento y sexo. Aunque las tarjetas del Seguro Social no muestran este último dato, el sistema sí lo conserva para ciertos trámites y verificaciones.
Hasta ahora, desde 2022, cualquier persona podía elegir su género en los registros de la SSA sin necesidad de presentar documentación adicional. Esa política, impulsada por la administración Biden, representaba un avance significativo para la comunidad trans. Antes de eso, durante la era Obama, ya se había eliminado el requisito de cirugía de afirmación de género para hacer estos cambios. Ahora, con la nueva directiva, se revierte todo ese progreso.
Un cambio que va más allá del Seguro Social
Esta medida no es aislada. Forma parte de una serie de decisiones impulsadas por diferentes agencias federales para alinearse con la política de Trump sobre el sexo biológico. Aunque estas órdenes ejecutivas no son obligatorias, su impacto es claro: están dificultando el reconocimiento legal de las identidades trans y no binarias.
Otras medidas similares incluyen restricciones en el acceso a atención médica para personas trans. Por ejemplo, hospitales y clínicas que reciben financiación federal han dejado de ofrecer tratamientos de afirmación de género a menores de 19 años. Como resultado, algunos proveedores médicos han suspendido estos servicios y ciertas aseguradoras han retirado la cobertura para jóvenes trans.
El impacto en la comunidad trans y la respuesta pública
Grupos defensores de derechos humanos han reaccionado con preocupación. Consideran que esta política supone un retroceso importante y que contribuye a la exclusión sistemática de las personas trans en distintos ámbitos, desde la sanidad hasta el reconocimiento legal.
La Administración del Seguro Social no es la única que ha endurecido su postura. En general, muchas agencias del gobierno federal han ido adoptando una visión más rígida sobre el concepto de sexo biológico, lo que afecta a quienes no encajan en las categorías tradicionales de hombre o mujer.
¿Quién está detrás de esta medida?
No sorprende que este cambio en la SSA ocurra bajo la dirección de Michelle King, quien fue nombrada por Trump el primer día de su mandato. Su liderazgo refuerza la postura del expresidente sobre el sexo biológico, una de las líneas clave de su agenda.
Por otro lado, activistas y organizaciones han criticado duramente estas decisiones. Argumentan que estas restricciones no solo afectan el reconocimiento legal de las personas trans, sino que también complican su acceso a servicios básicos como la atención médica.
¿Qué pasará ahora?
La suspensión de los cambios en los registros del Seguro Social es solo una pieza más dentro de un panorama más amplio de restricciones a los derechos trans en EE.UU. Mientras estas políticas se implementan, la comunidad sigue luchando por el reconocimiento de su identidad y su inclusión en las decisiones gubernamentales.
El futuro sigue siendo incierto. Por ahora, los cambios están en marcha, pero habrá que ver si se mantienen o si en el futuro otra administración vuelve a revertir estas políticas.