Jair Palacios y su difícil carrera futbolística: “No sé cómo estoy vivo”

Fue campeón con Millonarios en 2017 y en 2018. En 2020 jugó su último partido como profesional y dos años después contó su triste historia de drogas, licor y mujeres que no lo dejaron triunfar en el fútbol. El desgarrador relato de Jair Palacios.

En entrevista con el Gol Caracol, el lateral vallecaucano se sinceró y contó los varios problemas que lo alejaron del fútbol profesional, incluso en una de sus mejores etapas como lo fue en Millonarios.

Hoy en día se encuentra radicado en Estados Unidos y desde allá comentó el giro inesperado, de 180 grados, que dio su vida por culpa de las drogas y sus malas decisiones.

La desgarradora confesión de Jair Palacios

Comienzo en la drogas.

“Desde antes del fútbol, incluso desde muy chiquito, a los 14 o 15 años más o menos. Ahí fueron mis inicios, ya que vengo de un barrio muy humilde de Cali, exactamente del barrio Andrés Sanín. Jugaba en una escuela, llamada Cali Sanín, el Deportivo Cali me reclutó y a los 16 años firmé mi primer contrato como profesional. Desde pequeño ya me habían visto el talento para jugar al fútbol y desde esa edad no solo empezó lo del fútbol, sino también lo del tema de la cocaína, que esa fue una de las pruebas de impacto que hizo mucho daño en mi vida. Deportivo Cali me ayudó mucho, me metieron dos veces a un centro de rehabilitación, pero me escapaba, hasta que ellos dijeron que no más. En ese momento, me voy para Panamá, pero allá fue peor. Ahora, en Panamá me rajé la rodilla, ya que caí en un filo, y por cuestiones de la vida dije que no iba a jugar nunca más, me aburrí, me devolví para Colombia, y ahí fue cuando caí en Bogotá”.

Lo que consumió: 

“Marihuana, éxtasis, tusi, cocaína, marihuana, licor. Junté todo lo que va en contra de un deportista de alto rendimiento: la noche, las mujeres, las drogas, el licor y el casino. Y eso lo hacía casi que a diario”.

Su etapa en Millonarios 

“Yo creía que el profe Pinto era mi enemigo, pero no, terminó siendo mi amigo porque me estaba diciendo las cosas en la cara y era la realidad. De pronto, en ese momento, uno no oía nada, al estar todo enfermo y con las drogas . Por eso, uno es muy terco”.

“El profesor Jorge Luis Pinto no estaba equivocado, el culpable era yo. Él me estaba dando la mano, desde el departamento médico, con la doctora Chica, hasta los directivos, con el presidente Enrique Camacho y Serpa también. Yo llegaba destrozado a los entrenamientos. Todos me dieron la mano y fueron un amor conmigo. De la gente de Millonarios no tengo nada malo que decir porque se pararon en la parte humana mía y me quisieron siempre ayudar. Lo mismo pasó con los del Atlético Bucaramanga”.

Salida de Millonarios

“Mi corazón es azul, soy hincha de Millonarios, quedé campeón dos veces con el equipo y todos se tocaron el corazón, me dieron la mano, pero el terco fui yo. No fue Jorge Luis Pinto, ni Catalina Chica, ni Serpa, ni Camacho, era yo el que no reaccionaba. Ellos al ver eso, me mocharon. En el Atlético Bucaramanga aún sabiendo como era, el profesor Willy Rodríguez, que ha sido como mi papá, me reclutó y me llevó al Atlético Bucaramanga, dándome la mano, apoyándome, pero no lo hice y mi carrera deportiva se vino a pique”.

Millonarios campeón en 2017

“Macálister Silva, Jhon Duque, Harold Santiago Mosquera, Duvier Riascos, cuántas veces no me hablaron y me jalaban las orejas. Me decían: ‘negro no más, ponle cuidado a la vida, valórala’. Esos manes me ayudaron todo lo que quisieron, fueron un amor de personas. Ese Millonarios campeón era una familia, éramos unidos, pero el que se salía de ese molde y no quería era yo. Igual el profesor Miguel Ángel Russo me ayudaba y fue cuando tuve mi mejor momento. Con él, fue al principio que me hacían pruebas por el problema con el que venía y cuando salía positivo, se me acercaba, me llamaba aparte y me decía: ‘Jair, por favor, no más, no acabes con tu vida de esa manera, dedícate al fútbol, prolonga tu vida unos años más’. Y él hacía énfasis en la vida, años de vida no para el fútbol ni nada de eso porque al paso que iba, terminaría con mi vida, hasta muerto yo creo. Usted se imagina donde yo no me hubiera metido con esa basura de la droga, hubiera sido un jugador el hijuepucha”.

El último partido como profesional fue el 4 de diciembre del 2020, con el Atlético Bucaramanga.

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