Colombia sigue en zona de clasificación al Mundial de Estados Unidos, México y Canadá 2026, pero la preocupación crece. Con el empate 2-2 ante Paraguay en el Metropolitano, la Tricolor sumó su cuarto partido sin ganar en las Eliminatorias. A pesar de estar sexta en la tabla con 20 puntos, cinco por encima de la zona de repechaje y seis sobre la eliminación, las sensaciones que deja el equipo de Néstor Lorenzo son cada vez más preocupantes.
El formato de esta clasificatoria, el más flexible de la historia de la Conmebol, le da un margen amplio a Colombia. Sin embargo, lo que inquieta no es la tabla, sino la falta de reacción del equipo en los momentos clave. Lorenzo ha sido incapaz de resolver los partidos y, en ocasiones, sus decisiones han sido contraproducentes.
Un entrenador sin reacción en los momentos clave
La Tricolor ha dejado escapar puntos por errores tácticos y decisiones tardías. Contra Uruguay y Brasil, Lorenzo demoró los cambios y el equipo terminó perdiendo sobre la hora con un desgaste físico evidente. Ante Ecuador, la falta de definición fue alarmante, y ahora, contra Paraguay, las modificaciones fueron apresuradas e incorrectas.
El partido estaba 2-0 a favor de Colombia, con todo para liquidarlo. Sin embargo, con el descuento paraguayo al minuto 45, el equipo se desmoronó. Lorenzo, en lugar de reforzar el ataque o sostener el mediocampo, optó por una postura defensiva: sacó a Jhon Arias, uno de los jugadores más rendidores de la Selección, para dar ingreso a Yerry Mina y jugar con línea de cinco. Paradójicamente, en la siguiente jugada, Paraguay empató.
El inexplicable cambio de Jhon Arias
Arias, figura constante en la Tricolor, fue sustituido tanto contra Brasil como contra Paraguay, decisiones que generaron críticas. Su capacidad de desgaste, intensidad y entrega han sido clave, pero Lorenzo prefirió retirarlo del campo en un momento en que el equipo necesitaba mantener el control del partido.
Los hinchas y la prensa especializada ven con frustración la falta de criterio del DT en la toma de decisiones. En lugar de reforzar el mediocampo o darle frescura al ataque, prefirió replegarse con un cambio que, lejos de fortalecer a Colombia, le permitió a Paraguay igualar el marcador.
Falta de carácter y exceso de temores
El gran problema de Néstor Lorenzo no es solo táctico, sino también de personalidad. Se le acusa de falta de carácter, de no tomar decisiones arriesgadas y de consentir demasiado a las figuras del equipo. En varias ocasiones, ha demostrado temor para sustituir a jugadores referentes, a pesar de que el rendimiento en cancha indique que se necesita un cambio.
El DT argentino parece ser víctima de su propia indecisión. Las Eliminatorias han demostrado que Colombia tiene jugadores de calidad, pero si no hay un líder con determinación en el banquillo, el equipo seguirá dejando escapar puntos.
Ni las cábalas ayudaron esta vez
En algún momento, la racha de 28 partidos invicto y el subcampeonato de la Copa América daban crédito a Lorenzo, pero hoy esa versión del entrenador parece lejana. En un gesto simbólico, el DT decidió cambiarse la famosa camiseta color vinotinto que siempre usaba con Colombia, tal vez buscando un giro de suerte. Sin embargo, ni la cábala le funcionó esta vez.
Colombia sigue con posibilidades matemáticas de clasificar, pero la sensación es que se ha perdido el rumbo. Si el equipo no recupera la confianza y su entrenador no demuestra mayor capacidad de reacción, el camino al Mundial podría volverse más complicado de lo esperado.