El veterano arquero italiano, Gianluigi Buffon, escribió una carta que, a modo autobiográfico, aporta información valiosa sobre un momento complicado de su vida, generador de una fuerte depresión.
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Ese momento en su vida corresponde a cuando tenía 26 años y ya era toda una figura consolidada en su posición. Buffon tuvo que hacer fuertes reflexiones acerca de su vida, encontrando la solución a sus problemas cuando aprendió a valorar “las pequeñas cosas”. Así quedó plasmado en un escrito publicado en “The Players Tribune”.
“Si vives de forma nihilista, fijándote solo en el fútbol, tu alma empezará a cambiar. Al final estarás tan deprimido que ya no tendrás ganas de levantarte de la cama”, escribió el arquero al servicio de la Juventus, cuyo estilo de carta se planta como una escrito a él mismo, cuando era más joven y aún tenía por delante en el balompié profesional.
“Puedes reír, pero es lo que te pasará. Llegará en el momento más alto de tu carrera, cuando tendrás todo lo que un hombre puede pedir a la vida. Tendrás 26 años, serás el portero del Juventus y de la Selección. Tendrás dinero y respeto. La gente te llamará ‘Supermán'”, dijo.
Una de las dificultades que experimentó fue cuando sitió que el fútbol y ese ritmo de vida que llevada parecía convertirlo en un robot. Cuando se dio cuenta de ello y con el ánimo de cambiar lo que sentía porque ya no tenía ganas de entrenar, comenzó a hacer otras actividades, como ir a un museo, por ejemplo. Conoció una famosa pintura llamada “El Paseo”. “Esta imagen te hará sentir como un niño, la sensación de la felicidad en las cosas simples”, confesó.
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Buffon valoró más las cosas pequeñas de la vida, que no necesariamente están ligadas a su carrera. Una forma de escapar a la rutina. También se refirió a él mismo como “un hombre normal, como los demás”, aun pese al éxito que lo ha acompañado a lo largo de su carrera.
“Pero los errores son importantes porque te recuerdan que eres humano. Te recordarán que no sabes nada, amigo mío. Es importante porque el mundo del fútbol tratará de convencerte de que eres especial, pero acuérdate de que no eres distinto con respecto al hombre del bar o al electricista, de los que eres amigo”.
