La previa más intensa: posiciones de Barcelona y Real Madrid en el escándalo de la final de Copa del Rey

El clásico que definirá el campeón arrancó con esta situación extradeportiva

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Tendremos clásico en la final de la Copa del Rey | REAL MADRID CF

La final de la Copa del Rey 2025 entre Barcelona y Real Madrid estará precedida por uno de los ambientes más tensos que se recuerden en la historia reciente del fútbol español. Todo comenzó con una rueda de prensa que, lejos de ser protocolaria, terminó dejando lágrimas, denuncias de presión mediática y un clima de hostilidad que puso en duda hasta último momento la celebración del partido.

Horas de incertidumbre, comunicados oficiales y posturas enfrentadas marcaron la previa de un partido que trasciende lo deportivo. Mientras el Barcelona optó por la serenidad institucional, Real Madrid decidió mostrar su descontento con los árbitros designados y confirmó que disputará la gran final.

El inicio de la polémica: el árbitro De Burgos Bengoetxea rompe en llanto

La chispa que encendió la polémica surgió en la rueda de prensa habitual de los árbitros designados para la final. Ricardo De Burgos Bengoetxea, encargado de impartir justicia en el clásico, no pudo contener las lágrimas al referirse a la presión mediática ejercida por Real Madrid TV. El árbitro denunció que lo que interpretó como ataques públicos del cuadro madridista al publicar datos de su rendimiento en partidos con él como juez, afectan no solo su trabajo, sino también la tranquilidad de sus familias, especialmente la de sus hijos.

Las declaraciones de De Burgos pusieron el foco en la tensa relación entre el club blanco y el estamento arbitral. Las críticas provenientes del canal oficial del Real Madrid, que cuestionaron su trayectoria y señalaron supuestos errores pasados, generaron un ambiente de máxima hostilidad a menos de 48 horas de la final.

Real Madrid: plantón en los actos oficiales y comunicado de última hora

En señal de protesta, Real Madrid decidió no participar en ninguno de los actos oficiales organizados por la Federación Española de Fútbol. El equipo no se presentó al entrenamiento oficial, no acudió a la rueda de prensa previa, evitó la tradicional foto de los entrenadores y tampoco asistió a la cena protocolaria en el Real Alcázar de Sevilla.

La situación se volvió aún más tensa cuando comenzaron a circular rumores sobre una posible incomparecencia del club en la final. Ante la magnitud de la especulación, el Real Madrid optó por emitir un segundo comunicado oficial, aclarando su postura:

«Ante los rumores que han surgido en las últimas horas, el Real Madrid C. F. comunica que nuestro equipo nunca se ha planteado renunciar a jugar la final de mañana. Nuestro club entiende que las desafortunadas e inapropiadas declaraciones de los árbitros designados para este partido no pueden manchar un acontecimiento deportivo de trascendencia mundial que verán cientos de millones de personas y por respeto también a todos los aficionados que tienen previsto su desplazamiento a Sevilla, y a todos aquellos que ya están en la capital andaluza. El Real Madrid entiende que deben prevalecer los valores del fútbol, a pesar de la hostilidad y la animadversión que hoy han quedado de manifiesto, una vez más contra nuestro club, por parte de estos árbitros designados para la final.»

Con este comunicado, el club blanco ratificó su participación en el partido, aunque dejó en evidencia su malestar con la gestión arbitral y el entorno federativo.

Barcelona: calma institucional y foco en el partido

Mientras la tormenta mediática se desataba en torno al Real Madrid, el FC Barcelona optó por una postura de absoluta tranquilidad. La expedición azulgrana, encabezada por el presidente Joan Laporta, cumplió con todos los compromisos oficiales, incluida la asistencia a la cena de gala en el Real Alcázar.

Durante el evento, Laporta y otros directivos del Barça dialogaron cordialmente con Rafael Louzán, presidente de la Real Federación Española de Fútbol, y con Luis Medina Cantalejo, responsable del Comité Técnico de Árbitros. Desde el entorno azulgrana se supo que el CTA mantenía su decisión de no cambiar a los árbitros designados para la final, pese a la presión ejercida desde el Madrid.

En una muestra de prudencia, el departamento de comunicación del Barcelona decidió que ningún miembro de la delegación hiciera declaraciones públicas sobre la situación arbitral. El enfoque del club catalán se mantuvo firme en concentrarse en el partido, evitando cualquier confrontación mediática que pudiera desviar la atención del objetivo deportivo.

Una final de Copa del Rey que es histórica antes de jugarse

La final de la Copa del Rey 2025 será recordada no solo por el fútbol que se dispute sobre el césped de La Cartuja, sino por todo lo que ocurrió en las horas previas. Las tensiones institucionales, la denuncia pública de los árbitros, los comunicados cruzados y la estrategia de cada club para afrontar la crisis dejaron en evidencia la fragilidad de las relaciones entre los grandes del fútbol español y los órganos de poder federativo.

Barcelona llega a esta final desde la serenidad y la concentración plena en lo deportivo. Real Madrid lo hace en un contexto de indignación y crítica abierta, pero confirmando su presencia para disputar un trofeo que, gane quien gane, ya quedará marcado por el contexto extradeportivo que lo envolvió.