El Barcelona encara un nuevo reto europeo que ya conoce: avanzar en una eliminatoria continental después de empatar el partido de ida en casa. Esta vez, el escenario es la Champions League 2024-25 y la misión está clara: ganar en el estadio del Inter de Milán para meterse en la gran final del torneo más prestigioso de Europa.
La ida en el Olímpico Lluís Companys terminó con un vibrante 3-3 frente al equipo italiano. Un resultado que obliga al conjunto de Hansi Flick a dar un golpe sobre la mesa en San Siro, tal como lo ha hecho en otras oportunidades del pasado. Aunque el empate en casa no es lo ideal, la historia muestra que los culés ya han sabido salir airosos de situaciones similares.
Una estadística dividida en la historia del Barcelona en Champions
En toda su historia en competiciones europeas, el Barcelona ha enfrentado 14 eliminatorias en las que empató el partido de ida jugando en casa. De esas 14, logró clasificarse en 7 ocasiones, lo que refleja que este tipo de escenarios no le son ajenos al conjunto azulgrana, aunque el margen de error siempre es mínimo.
Hay antecedentes en los que el Barça supo sobreponerse al empate inicial. En los años 80 y 90, por ejemplo, se registraron casos ante equipos como Anderlecht y PSV. Aunque no siempre se ha salido con vida, sí ha habido instancias en que empatar como local fue apenas el inicio de una remontada o una clasificación ajustada.
El recuerdo de la Champions 2008-09 ante Chelsea
Uno de los ejemplos más recordados en la historia moderna del Barcelona ocurrió en la Champions League 2008-09. Era una temporada con Pep Guardiola como entrenador del primer equipo y el conjunto culé enfrentaba al Chelsea en semifinales. La ida, disputada en el Camp Nou, finalizó sin goles (0-0), dejando todo abierto para la revancha.
En Stamford Bridge, los de Guardiola se vieron contra las cuerdas tras el gol de Michael Essien. Pero, en el minuto 93, Andrés Iniesta firmó un gol legendario que igualó el marcador (1-1) y clasificó al Barça a la final por la regla del gol visitante. Aquel empate en Londres fue celebrado como una victoria y se convirtió en uno de los momentos más icónicos de la historia del club.
El precedente más reciente: Galatasaray en la Europa League
La última vez que el FC Barcelona empató en casa la ida de una eliminatoria y logró avanzar fue en la temporada 2021-22. En ese entonces, bajo el mando de Xavi Hernández, el conjunto azulgrana enfrentó al Galatasaray en los octavos de final de la UEFA Europa League. El partido de ida, disputado en el Camp Nou, acabó 0-0 y dejó dudas en el ambiente.
Sin embargo, en la vuelta, en el infierno de Estambul, el equipo supo imponer condiciones y se quedó con la clasificación tras un triunfo 1-2, gracias a los goles de Pedri y Aubameyang. Fue una muestra de carácter, necesaria en un entorno hostil, y que sirvió como impulso para una generación que entonces buscaba consolidarse en el fútbol internacional.
El desafío de ahora: sin gol visitante y con todo por ganar
Lo que cambia radicalmente respecto a eliminatorias pasadas es la eliminación del criterio del gol visitante, una regla que estuvo vigente desde 1965 y que marcó buena parte de las hazañas del fútbol europeo. Desde la temporada 2021-22, la UEFA decidió suprimir esta norma, y ahora, si la eliminatoria acaba igualada en el global tras los 180 minutos, el pase se define en tiempo extra y, de ser necesario, penaltis.
Por tanto, a diferencia de aquella semifinal de 2009 ante el Chelsea, donde un empate le bastó al Barça para avanzar, ahora la única fórmula para llegar a la final de la Champions League es ganar en Milán. Un reto difícil, pero no imposible.
Un tridente inspirado y la ilusión intacta
La gran esperanza del Barcelona para esta eliminatoria está en su poder ofensivo. El tridente formado por Lewandowski, Raphinha y Lamine Yamal ha sido letal en esta edición del torneo. Entre los tres ya superaron el récord goleador impuesto por la histórica MSN de Messi, Suárez y Neymar en la temporada 2014-15.
En la ida frente al Inter, los goles llegaron por intermedio de Lamine Yamal, Ferrán Torres y un autogol provocado tras presión ofensiva, lo que demuestra que el equipo sabe encontrar caminos al gol ante rivales de peso. Si la defensa responde y el mediocampo logra controlar el ritmo, el Barça tiene herramientas suficientes para conseguir el triunfo que necesita.
San Siro, escenario de hazañas
Jugar como visitante en San Siro nunca es tarea sencilla, pero el Barça tiene buenos recuerdos en ese estadio. En 2019, con un equipo alternativo, el club catalán venció 1-2 al Inter en la fase de grupos con goles de Carles Pérez y Ansu Fati. Más allá del contexto diferente, demuestra que los azulgranas ya han sido capaces de ganar en esa cancha.
Ahora deberán hacerlo nuevamente, pero con la presión de que no hay margen de error. La historia está escrita y las estadísticas dan motivos para soñar. El reto es difícil, pero este Barcelona ha demostrado que tiene con qué intentarlo.