Venezuela y Perú dejaron muchas emociones. Goles no. Un 0 – 0 explicado por las decisiones del VAR, así como el buen trabajo que hizo el arquero Wuilker Faríñez.
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¿Justo? Sí, eran acciones que a través de las repeticiones en video evidenciaron fuera de lugar. ¿Incómodas para el espectáculo? Puede ser. Esa sensación de ver goles que al cabo de unos minutos dejan de serlo por la intervención del VAR provocó cierto sinsabor en Porto Alegre.
La Selección de Perú y Venezuela no negaron el esfuerzo, las ganas por llevarse la victoria. Jugaron como corresponde en este tipo de eventos, algunas veces con bastante intensidad, que las faltas le quitaron algo de ritmo al partido.
Los peruanos sufrieron por cuenta de las acciones controvertidas de gol. Las intervenciones del VAR fueron en jugadas de ellos y sirvieron para comprobar que había fuera de lugar. Decisiones que para Venezuela fueron un respiro, factor de motivación para ir por la victoria. Así como el cuadro inca se acercó con propiedad, al combinado dirigido por Rafael Dudamel también se le vio el fútbol suficiente parta inquietar el arco rival.
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El empate sin goles, para un compromiso al nivel en el que se jugó, resultaba injusto. Perú remató mejor, producto de la expulsión sufrida por parte de Luis del Pino y fue cuando emergió como el gran salvador que es el portero Wuilker Faríñez, con sus magistrales intervenciones que evitaron el tanto peruano.
El empate entre peruanos y venezolanos solo le conviene a Brasil, que con su triunfo 3 – 0 sobre Bolivia se apodera de la primera posición en el Grupo A de la Copa América 2019.