Como ya es costumbre en la Premier, el reglamento evoluciona a través de los años con la aplicación de nuevas reglas, en esta ocasión una nueva directriz que busca proteger a los futbolistas de cada división del fútbol inglés, en cada una de sus categorías.
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En un comunicado de la Federación inglesa de fútbol dictaminó que: “no efectuar más de diez remates de cabeza durante una semana de entrenamiento”. Una recomendación que busca “proteger el bienestar de los futbolistas” y que se aplicará a todos los niveles del fútbol inglés, desde la Premier League hasta la Women’s Super League, el campeonato femenino.
El objetivo es reducir el riesgo de lesiones cerebrales. La regla no se aplica a los días de partido. En 2002, una investigación sobre la muerte del exdelantero inglés Jeff Astle a los 59 años confirmó la relación entre los repetidos golpes en la cabeza y las lesiones cerebrales. Astle había sufrido un traumatismo craneal antes de su muerte.
La sensibilización sobre las conmociones cerebrales en el deporte ha aumentado desde que la NFL (National Football League), la liga de fútbol americano estadounidense, acordó pagar 1.000 millones de dólares en 2015 para resolver miles de demandas presentadas por exjugadores con problemas neurológicos. Este ejemplo ha llevado a otros deportes, como el rugby, a reforzar sus protocolos.
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