En el mundo del fútbol para ciegos, cada paso, cada desafío y cada logro son hitos que quedan eternamente en la memoria. Y dentro de ellos, hay un lugar especial para los primeros partidos. Son los que marcan el inicio de un viaje lleno de determinación, valentía y pasión en el fútbol sonoro.
Es el caso de Jhon González, quien compartió esos recuerdos con nosotros. Para él, el sonido del balón y la precisión de sus compañeros de equipo se convirtieron en guías infalibles. La emoción de aquel primer encuentro aún resuena en sus recuerdos. Un par de anécdotas imperdibles marcaron un comienzo que cambió su vida.
Los dos primeros partidos que jugó:
El primero: “Juego un interbarrial con un equipo modesto, a los 12 años. Era muy bajito, pero habilidoso. El técnico me dice que tape y le digo que cómo me va a hacer eso. Me respondió: ‘Tape porque no hay más’. Le dije que me dejara jugar 5 minutos y si en ese tiempo no hacía nada, tapaba. Hice 3 goles y fue el partido que me marcó. Entendí que había nacido para el fútbol”.
Y el segundo: “El otro que me marca en el fútbol de ciegos, en mi revivir, fue en Bucaramanga. Solo llevaba un mes entrenando y me llevan al primer campeonato en el 2013. Jugué solo un minuto en ese campeonato, pero fue el inicio de mi carrera de futbolista”.
Esos compromisos, rodeado de un equipo de soñadores, fueron mucho más que simples partidos. Fue la demostración de que la pasión por el fútbol no tiene límites. Cada pase, cada grito de ánimo y, sobre todo, cada golpe de valentía, se convirtieron en un faro de esperanza para él y para quienes lo rodeaban.
En FUTBOLETE celebramos la valentía y el espíritu de superación que él nos compartió. Un recordatorio de que el fútbol, con su magia, sigue siendo capaz de unir a las personas más allá de las barreras físicas.
